Mamotretos varios

sábado, 19 de abril de 2025

SOBRE LA MUERTE FÍSICA DE JESUCRISTO


Título original: ′′ On the Physical Death of Jesus Christ ′′

Artículo de "Dominus Servi Dei", del original con ese título publicado en "The Journal of the American Medical Association" en Abril de 1986. (William D. Edwards, MD; Wesley J. Gabel, MDiv; Floyd E. Hosmer, MS, AMI). 


https://www.researchgate.net/.../19648788_On_the_Physical...

En el artículo se describen detalles técnicos, que junto con la narrativa bíblica, proporcionan un panorama completo de todo este proceso, desde el juicio hasta la muerte en la cruz.

Antes del juicio, se narra en Lucas 22 que Jesús estaba en profunda angustia y sudaba sangre.

Aunque es un fenómeno raro, los médicos reconocen esta característica como hematidrosis, que puede ocurrir debido a altos niveles de estrés.

Después de ser juzgado, Jesús fue azotado violentamente con un látigo de cuero, con pequeñas bolas de hierro en las puntas y huesos puntiagudos. Las bolas de hierro causaban lesiones internas y los huesos destrozaban la carne, exponiendo la musculatura esquelética y causando gran pérdida de sangre, lo que probablemente lo dejó en un estado de pre "shock".

Después de severa flagelación, Jesús fue burlado, escupido y obligado a cargar su propia cruz hasta el Gólgota.

Durante la crucifixión, el acusado era tirado sobre la cruz en el suelo, y clavado con clavos de hasta 18 cm de largo en las muñecas y los pies.

La crucifixión era un proceso que producía intenso dolor y causaba una muerte lenta y sofocante.

Respirar era algo extremadamente doloroso.

A cada respiración, Jesús tenía que elevar la espalda en carne viva, arrastrándola en la madera y apoyando todo el peso en los pies, que estaban clavados.

Dato que aumentaba la pérdida de sangre y causaba dolor terrible.

Las causas de la muerte por crucifixión podrían ser varias, pero las dos más comunes eran shock hipovolémico y asfixia por agotamiento.

Cuando el evangelio de Juan narra que después de la muerte de Jesús un soldado lo traspasó con la lanza y salió ′′ sangre y agua ", la explicación de los científicos es que el agua probablemente representaba fluido pleural y pericardio seroso y habría precedido al flujo de sangre y tendría menor volumen que la sangre.

Tal vez en el escenario de hipovolemia y la insuficiencia cardíaca aguda, los derrames pleurales y pericárdicos podrían haberse desarrollado y haber sido añadidos al volumen de agua aparente.

Solo analizando el sufrimiento físico de Jesús , nos damos cuenta de lo terrible que debe haber sido soportar todo esto.

Estrés intenso, noche sin dormir, un juicio injusto, azotamiento inhumano, burlarse y todavía tener que cargar su propio instrumento de muerte.

Pero eso no fue ¡NADA!

Lo que ′′pesó ′′ sobre tus hombros fueron nuestros pecados.

Isaías hace mucho tiempo profetizó:

′′ Pero fue herido por nuestras transgresiones, y molido por nuestras iniquidades; el castigo que nos trae la paz estaba sobre él, y por sus pisaduras fuimos sanados" (Isaías 53,5).

Él era el sacrificio. El cordero de DIOS que quita el pecado del mundo. Solo el Dios que se hizo hombre podría reconciliar a los hombres con DIOS. Por eso decimos que el sacrificio fue por amor, pues Él no tenía pecado, nosotros sí. Si el pecado genera la muerte, quién debería morir seríamos nosotros, no Él.

Así que toda nuestra podredumbre, todos nuestros malos pensamientos, toda nuestra revuelta contra DIOS... todo esto estaba sobre los hombros CRISTO.

Y él venció no sólo el pecado, sino ¡también la muerte!


′′El castigo que nos trae la paz, estaba sobre él".

 

 

jueves, 17 de abril de 2025

No se puede arar y mirar para atrás

 


Hoy la Iglesia conmemora la institución de la eucaristía.

Sin embargo, hoy en Kikónides, el reino del todo aparte, los neocatecumenales se juntan para hacer el teatrillo del lavatorio de pies. Para su distorsionada religión lo central hoy no es el Sacramento de la Eucaristía, que no tendrán, ni mucho menos practicarán la adoración ante el monumento porque Carmen les enseñó que si Dios hubiese querido que la Eucaristía se preservase para su adoración en lugar de consumirla cuanto antes, se habría transfigurado en piedra, que soporta mejor el paso del tiempo.

No, hoy, lo único a lo que los neocatecumenales prestan atención es a la posibilidad de ver quién le lava los pies a quién, porque su reglamento dice que todo aquel que haya juzgado a otro o que se haya sentido atacado y violentado por otro tiene que hacer penitencia pública lavando los pies al hermano juzgado o agresor.

No tiene nada que ver juzgar a alguien con ser violentado por alguien, pensará alguno. En el primer caso, tendría sentido disculparse con o sin teatrillo del lavado de pies, que no aporta nada, mientras que en el segundo, el que debería modificar su conducta es el agresor.

Pues no, en Kikónides no se hace así. No se olvide la máxima neokika de que el otro es tu enemigo, el que te machaca y te destruye, el que no soportas. Por tanto, ante una agresión, el agresor solo está cumpliendo con el papelón que, según Kiko, diosito a dispuesto para él. El problema no es el agresor ni la agresión, sino que el agredido se resista y en lugar de aceptar que es el último y el peor de todos y, por ello, merecedor de todos los pisotones que reciba, se resista a la injusticia.

Por eso siempre es el agredido quien debe lavar los pies al agresor. Y si la trifulca ha tenido testigos, la comunidad estará muy pendiente de si se produce la lavativa o no.

Un teatrillo morboso.

El caso es que hoy lo que conmemora la Iglesia es la institución de la Eucaristía, que será preservada en un monumento para la adoración del que quiera y no esté perdiendo el tiempo en salas de usos múltiples con lavados que nada aportan.

Respecto a esta gran festividad cristiana quiero resaltar otro de los muchísimos aspectos que lo separan y diferencian de seder de pesaj del judaísmo.

Entre los judíos, la fiesta del perdón es mucho más importante que pesaj, porque en la primera Dios actúa, mientras que la segunda es un mero recordatorio de una historia que tiene muchísimo más de mito legendario que de realidad histórica. Y está bien recordar la historia, y está bien recordar que Dios actúa en la historia, pero en su celebración no hay acción de Dios hoy, se quedan en lo que fue una vez y ya no es.

Cuando Jesús instituyó la Eucaristía lo hizo en el escenario de la cena del seder de pesaj, con sus hierbas amargas, su mesita aparte por si se presentaba Elías a cenar con ellos, sus cuatro copas, su paz ázimo y quizá, los exégetas no lo tienen claro, su cordero sin tacha.

Es decir, no es que para los discípulos fuese desconocido en entorno en que tuvo lugar la institución de la Eucaristía, no es que ellos no fuesen conscientes de la importancia que para los judíos tenían las hierbitas, que las copas fuesen cuatro o que hubiese otra mesita cuya comida no se tocaba. Una prueba más de que ellos, inspirados por el Espíritu Santo, entienden que Jesús todo lo hace nuevo es que desde el principio la primera comunidad cristiana de Jerusalén, constituida por israelitas, prescinde de los adornos históricos de una alianza caducada para centrarse en lo fundamental.

Frente a los dichos de Carmen, de cuestionable categoría, sobre la importancia de las fuentes y de las tradiciones de los judíos, los discípulos de Jesús, que han vivido esas tradiciones, borran las hierbas, a Elías y las copas de más y se quedan con lo que Jesús les dice que hagan en memoria suya: el pan ázimo y la copa de la bendición.

Y es más, lo del lavado de pies también se restringe a un único día, para no distraer al personal con lo que no es fundamental.

Lo que intento expresar es que, al tratar de la Eucaristía, Carmen hablaba como si la Iglesia hubiese perdido el norte y olvidado partes fundamentales que solo ella advertía.

¿De verdad alguno piensa que la Iglesia no sabe que en el seder se usan cuatro copas? ¿En serio algien piensa que tenga más valor para Dios el ritual del seder que la Eucaristía que el mismo Dios instituyó?

Los apóstoles, guiados por el Espíritu Santo, sabían lo que hacían; san Pablo, que era fariseo y estudioso de la ley y la historia hebrea, nada tuvo que reprochar a eliminar los signos y rituales del seder, superados por la Eucaristía que es el don más alto que Cristo pudo dar a los suyos, y la Iglesia es sabia al prescindir de los adornos que solo despistan la atención.

 

«El que pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás no es útil para el reino de Dios».

 

martes, 15 de abril de 2025

Los escrutinios del Camino son abuso

 


Quiero recalcar bien lo siguiente:

«Ocupar el lugar de Dios en la conciencia de otra persona es abuso».

«Censurar el discernimiento y la propia toma de decisiones en nombre de la autoridad divina es abuso».

«Situarse como mediador imprescindible en la relación de otra persona con Dios es abuso».

«Invadir la intimidad de otra persona, su fuero interno, es abuso».

«Exigir secreto, imponer el silencio o querer convertirse en el único confidente de una persona es abuso».

«Aislar a una persona de los suyos con la excusa de su entrega a Dios es abuso».

«Culpabilizar en nombre de Dios a quien decide abandonar una institución es abuso».

«Acallar las críticas en nombre de Dios es abuso».

«Aprovechar la situación de vulnerabilidad de otra persona para amenazarla, atemorizarla y dirigir su vida es abuso».

Utilizar la Palabra de Dios para legitimar prácticas coercitivas y manipular la voluntad de otra persona es abuso.

«Ignorar, justificar, relativizar o malinterpretar el sufrimiento físico o psíquico de otra persona es abuso».

 

No lo digo yo, lo dice la archidiócesis de Madrid en el vídeo que llama a los abusos por su nombre.

Vuelvo a la escena de la crucifixión que tanto me recuerda el akikolarre de un escruticidio neocatecumenal en el que los kikotistas desempeñan el papel de los ancianos, los escribas, los presuntos sabios e inteligentes que no solo conocen de arriba abajo las escrituras, sino que además se arrogan a sí mismos la capacidad de interpretarlas a su bola, quizá porque han sido convencidos de que no es a su bola, sino que todo lo que ellos dicen es inspiración divina.

Los kikotistas, como los estudiosos de la ley de aquel entonces, pretender estar allí no por su voluntad, sino porque su dios así lo quiere; ellos sostienen que tienen el karisma de iluminar la historia del escruticiado, porque ellos disciernen la voluntad de su dios en la vida de cada pobre escruticiado.

Exactamente igual que los escribas y ancianos que subieron hasta el Gólgota para ser testigos de que su proceder era recto y conforme a los designios de Dios, a quien satisfacía la condenada a muerte del blasfemo, porque de lo contrario habría mandado a sus ángeles para que lo bajasen de la cruz, como está escrito: «El Señor te cuidará; de todo mal guardará tu vida. El Señor cuidará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre» (sal 121).

Esos individuos, como los kikotistas, creían tener el monopolio de la interpretación de la Palabra de Dios. Por eso, como los kikotistas, reclamaban obediencia a todos los demás, ya que lo que ellos proclamaban era lo que su dios disponía. Guías ciegos que pretendían guiar a otros ciegos.

La relación con Dios siempre es personal e intransferible. Pretender erigirse en mediador necesario es un abuso, reclamar obediencia en función de un presunto karisma es abuso, coartar el libre albedrío y amenazar con consecuencias funestas si no se obedece es abuso.

Los kikotistas no vienen de parte de Dios, no tienen el encargo divino de escrutar mentes y corazones, mucho menos de hacerlo con violencia e intimidación y delante de una caterva de curiosos morbosos, su palabra no es la voluntad divina para nadie y sus presunta superioridad moral es caca de vaca.

¿Queréis una prueba?

Por supuesto que la queréis. Daré dos:

Primera. La HUMILDAD. O la falta de humildad en el caso de los kikotistas.

El demonio se puede disfrazar del ángel de luz y además es sabio y convincente, pero no puede ser humilde, antes explotaría en una nube de pestilente azufre que tener un rasgo de humildad.

Evitad a los kikotistas, porque el rasgo que los caracteriza es la falta de humildad de su padre. Por eso sé que cuando escrutician no llevan luz ni discernimiento a la vida de nadie, lo que llevan es dolor, trauma y miedo, porque es lo que les sale de dentro.

 Segunda. El DESCANSO y la PAZ. O, de nuevo, la ausencia de ellos.

Ya he dicho que Dios no estaba en el huracán ni en el terremoto ni el fuego, Dios se manifestó en la brisa, porque lo que caracteriza su presencia es que deja Su paz en el alma que toca. El toque de Dios no provoca quemazón ni violenta la voluntad personal; en cambio, un escruticio revuelve por dentro a quien lo padece y provoca malestar físico, insomnio y lágrimas porque no viene de Dios.

Sí, sostengo que no viene de Dios ni de la verdadera Iglesia el kikotista que reclama a la esposa someterse a su marido en todo tiempo y lugar, menospreciando la situación personal de ella, su cansancio, su enfermedad, su deterioro físico o anímico, antes bien, considerándola una neurótica y una afectiva; no viene de Dios el kikotista que cuestiona a un matrimonio porqué "solo" tienen tres hijos, o dos o ninguno; no viene de Dios ni de la Iglesia de Cristo el kikotista que se burla de los sufrimientos ajenos o reclama en público que se cuenten intimidades de alcoba o pecados truculentos; no viene de Dios quien se enrabieta cuando no es obedecido sin chistar, cuando le discuten o le reclaman explicaciones; no viene de Dios quien pisotea la dignidad del otro, que es Cristo.

Aunque recen con las malos alzadas, canten muy alto, citen la Escritura y parezcan muy místicos, esos tales no vienen de Dios, vienen de su padre el demonio. También los sacerdotes, escribas y fariseos que condenaron a Jesús ocupaban los primeros puestos en las sinagogas y ensanchaban las filacterias y salmodiaban a todas horas, pero no conocían a Dios.

Los escruticidios del Camino son un abuso, y decirlo alto y claro no es persecución, es justicia. 

Y esa praxis neocatecumenal es denunciable en el arzobispado.