Sobre la causa de Carmen

 

Tenía pendiente esta entrada desde hace algún tiempo.

Los lectores asiduos del blog sabrán que recibí un escrito del Arzobispado de Madrid vía correo electrónico. Dicha comunicación no se ha publicado en este blog ni se va a publicar, porque pedí su conformidad a la persona que contactó conmigo y me hizo saber que prefería que la carta permaneciese privada. Sin embargo, en el blog amigo italiano sí la publicaron.

La alegría -de categoría superior- de la casa

El caso es que el Arzobispado de Madrid busca testigos directos de hechos concretos de la vida de Carmen, tanto a favor como en contra de su presunta beatitud de categoría superior.

Yo no conocí a Carmen, aunque tengo conocimiento indirecto de algunos hechos suyos de cierta relevancia para la causa que ocupa al Arzobispado. Y ello es lo que me mueve a escribir esta entrada.

Voy a ir directa al grano. Y lo voy a hacer por medio de citas literales que muestran el pensamiento de los iniciadores del Camino Neocatecumenal:

 «La gente piensa que Jesucristo es un ideal, un modelo de vida, un ejemplo. No es así. Esto sería convertir el cristianismo en un moralismo. (…) Así piensa mucha gente: Jesucristo nos dio ejemplo con su vida diciéndonos: ¿veis como lo hago yo? Así también vosotros».

 Piensa bien esa gente y también comprende bien el Evangelio: «Os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis» (Jn 13,15). Quienes yerran son los que se fían de los iniciadores del CNC.

Pero sigo con más citas: 

«Es un hecho que el hombre no puede hacer el bien. La gente se escandaliza de esto, porque el moralismo es muy profundo dentro de nosotros. (…) Estamos todos tan catequizados en este sentido, que creemos que el bien está en nuestras manos, por esto nos escandaliza que hacer el bien no esté a nuestro alcance».

«El hombre no puede hacer el bien porque se ha separado de Dios, porque ha pecado y ha quedado RADICALMENTE IMPOTENTE E INCAPAZ, A MERCED DE LOS DEMONIOS. HA SIDO ESCLAVIZADO POR EL MALIGNO. EL MALIGNO ES SU SEÑOR. Por esto no valen ni consejos ni sermones exigentes. El hombre no puede hacer el bien».

«No sirve de nada decirle a la gente que hay que amar. Nadie puede amar al otro. Tú puedes acercarte y amar a tu mujer y a algún otro, pero hasta cierto punto: mientras no te destruya. Pero no puedes ir más allá, porque tienes que defender tu vida, porque es lo único que tienes, porque quieres vivir, ser».

«Y si alguien lo intenta se convertirá en el mayor gran fariseo, porque lo hará todo para su perfección personal. Por esto todas las relaciones humanas se basan en la violencia: la violencia de uno que obliga al otro a cumplir la ley y viceversa. Pero no sólo esto, porque cada uno tiene su idea de la ley. Si el marido es un hombre celoso... ¡pobre mujer! Y si ella es un poco neurótica... pobre marido».

«El hombre es carnal. No puede dejar de robar, de discutir, de ser celoso, de envidiar, etc. No puede ser de otra manera y no tiene la culpa».

Todas las citas son del primer mamotreto de “orientaciones para kikotistas” (orientaciones y nada más según los Estatutos del CNC, por mucho que uno muy sensible se empecine en considerarlos la ley ineludible y obligatoria del kikismo).

El mensaje de los iniciadores del CNC es claro: el ser humano está incapacitado para hacer el bien, no puede, su padre y maestro es el maligno y hace las obras de su padre porque no es libre, porque está encadenado a su señor, y, por tanto, no es culpable de sus obras.

Esto es lo que han transmitido Kiko y Carmen durante décadas. Esto es también, se supone, lo que ellos mismos han vivido y experimentado… porque de lo contrario habría que deducir que durante décadas han mentido y engañado.

De una forma u otra lo que está claro es que Carmen sostuvo durante gran parte de su vida que ella y todos estaban incapacitados para hacer el bien. Más aún, que pretender hacer el bien era de un moralismo insufrible que solo conducía a un presunto perfeccionamiento personal desligado del amor al otro y del amor a Dios.

En consecuencia, es absurdo pretender encontrar hechos concretos de virtudes en grado heroico en quien durante tantos años sostuvo que la virtud era imposible para el ser humano, que pretenderla era puro moralismo y que además Dios te quiere pecador.

Sería una incongruencia. Sería vivir una mentira pretender hallar virtudes heroicas en quien tanto afirmo que solo se podía obrar el mal.

Pero también es cierto que la incongruencia -y la mentira- son piezas fundamentales de la teoría kikil, como paso a demostrar con la ayuda de otra cita tomada del mamotreto arriba indicado.

«Cuando decimos: todos los pecados son perdonados en Jesucristo, decimos la verdad, pero tenemos presente que para poder recibir este perdón debemos estar, primero, en espíritu de conversión, tener esta luz: que tú estás en pecado. (…) Es decir, para aceptar este perdón primero te tienes que reconocer pecador, cosa dificilísima».

Así es el CNC: incongruente, capaz de sostener una cosa y su contraria, siempre lejos de la Verdad. Porque primero afirmó que el nombre no es culpable de sus actos, y si no es culpable, es que no hay pecado por su parte; pero a continuación lo que dice es que aunque el perdón de Dios sea gratuito y universal, sea cual sea el crimen o delito cometido, sucede que nadie puede alcanzar ese perdón a menos que se reconozca pecador.

Entiéndase bien: se pasa de que dado que no puedes obrar el bien no eres culpable del mal que obras, a que de nada vale la fe y de nada vale la gracia, has de reconocerte pecador para tener acceso al perdón de Dios. Y mucho ojo, porque en el CNC, “reconocerse pecador” no significa acudir a la reconciliación sacramental, sino que significa contar los pecados ante la comunidad y los kikotistas con lujo de pelos y señales.

Esto, esta intromisión en la vida y la privacidad ajena, es lo que han practicado Kiko y Carmen durante décadas.

¿Y a esta persona le quieren pintar ahora virtudes en grado heroico? Se rila la prima.