Mamotretos varios

viernes, 22 de diciembre de 2023

Y acampó entre nosotros

 

Los primeros cristianos no celebraban la Navidad, celebraban la Pascua de Resurrección, muy diferente de la pascua judía, que se basa en una alianza ya muerta, frente a la Pascua del Mesías, que les dio una alianza nueva sellada con su carne y su sangre.

La Navidad empezó a celebrarse allá por el siglo IV, cuando el Cristianismo no solo se legalizó, sino que pasó a ser la religión del emperador romano, en occidente, el político más importante e influyente de la época.

Según el calendario romano, el 25 de diciembre marcaba el nacimiento del sol invicto, la victoria de la luz sobre la noche más larga, porque a partir de esa fecha los días crecían y las noches menguaban (en el hemisferio llamado norte).

Los cristianos, insertos en la sociedad de su época, también hacían fiesta en ese día, y puesto que el motivo de celebración era la luz, ellos referían la fiesta a Cristo, día sin ocaso y luz que brilla en la tiniebla.

Entonces a alguien se le ocurrió que estaría bien fijar el nacimiento de Dios como hombre en esa fecha, que era tan buena como cualquier otra, puesto que no existe la menor evidencia histórica sobre el momento y el lugar del nacimiento de Jesús.

El Adviento surgió poco después de que los cristianos convirtiesen la fiesta del sol en la Navidad. Y en los siglos sucesivos se fueron añadiendo más y más elementos: la corona de Adviento, el calendario de Adviento, el árbol de Navidad, los villancicos, las comidas y dulces típicos, los regalos, el belén, el esmerado adorno de las casas y las calles, las tarjetas de felicitación…

El Cristianismo cambió por entero el fondo y la forma de la antigua celebración pagana. Y la extendió e hizo de ella una fiesta mundial.

Ahora bien. ¿Por qué se hizo hombre la segunda persona de la Trinidad?

La respuesta del Catecismo dice algo así como que entregado el ser humano a la muerte a causa del pecado de Adán, Dios se hizo uno de nosotros para salvarnos.

Quizá a quienes son más inteligentes que yo esta respuesta les aclare todo, yo no encontraba la relación de causalidad entre ambos hechos.

Veamos: el demonio, ese ser tan popular en el CNC, se vale del engaño para que Eva y Adán coman del fruto del árbol prohibido. Dios les había dejado muy claro que la consecuencia de comer ese fruto era la muerte, pero la serpiente les aseguró que Dios mentía. ¿Había otra forma de comprobar quién decía la verdad más que comiendo?

Eso es lo que sostienen los neocatecumenales: tú no debes hablar de lo que no conoces, primero tienes que sumergirte hasta lo más hondo y solo tras experimentarlo hasta el fondo podrás opinar.

Hay varias incógnitas en el relato del Génesis: ¿qué hacía el demonio en el paraíso? ¿Por qué se le permitió que se acercase y hablase con Eva? ¿Por qué se le sigue permitiendo que campe a sus anchas por el mundo? ¿No es evidente para Dios que todo ser humano está indefenso ante las argucias del maligno?

No tengo respuestas.

Eva cayó, Adán cayó y en ellos cayeron todos sus hijos hasta el fin de los tiempos. Con una sola excepción: María.

Porque al ser expulsados del paraíso, Dios les anuncia un salvador. Y María, desde su concepción, forma parte del misterioso plan de salvación de Dios.

Pero vuelvo a la primera duda. Dios es todopoderoso; podría simplemente haberse cargado a la serpiente y haber disculpado a Adán y Eva, puesto que fueron víctimas de un engaño.

Esta opción cuadra con el estilo neocatecumenal por dos motivos. Primero, porque su diosito se dedica a destruir a quienes le caen mal; segundo, porque están adiestrados para no asumir la responsabilidad de sus actos, siempre es otro quien los permite, los causa, los provoca…

Pues no. Dios nunca causa muerte y destrucción, ni siquiera la del demonio; y la responsabilidad de vivir es personal. Es más, el primero que asume la responsabilidad de sus actos es el mismo Dios.

Creó a los ángeles, creó al ser humano a su imagen y semejanza. Libre. Dotado de entendimiento y voluntad. No será Dios quien trivialice la vida humana, no convertirá al hombre en una marioneta y tampoco privará de libertad al demonio. Dios respeta las reglas del juego.

Pero también interviene en el juego. Eso es lo que anunció a Eva a Adán y a la serpiente en la expulsión del paraíso.

Y puesto que la muerte fue la consecuencia de una desobediencia personal, Dios talló en piedra no perecedera la norma de vida que debía seguir todo aquel que quisiera alcanzar la Vida eterna, para que nadie ignorase qué quería de ellos el Santo. Me puedo imaginar que en el paraíso esa norma se reducía a un solo mandamiento, el más importante de la ley, pero fuera del paraíso hubo que añadir algunos más…

El caso es que Dios proporcionó a su criatura las instrucciones para lograr la Vida eterna. Y el demonio, siempre envidioso, se aseguró de que ninguna lo lograse. Aunque quizá María sí lo logró, y por eso la tradición popular sostiene que ella no murió, ella se durmió y su hijo se la llevó al Cielo en cuerpo y alma.

El problema, de nuevo, es que aunque una lo lograse, su logro sería personal e intransferible.

Hacía falta una alianza nueva por medio de la cual el logro de uno solo se extendiese por siempre y desde siempre a todo el que quisiera acogerse a él. Conque tenía que ser hombre para cumplir la ley y ganar la Vida Eterna y tenía que ser Dios para poder sellar la nueva alianza con la humanidad.

...Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros a fin de ofrecernos a todos la salvación.

 

4 comentarios:

  1. Un deseo generalizado en el CNC por parte de los kikotistas es: "te creeis muy buenecito, ya Dios te hara caer en pecados y te hará quedar como un tonto para que os deis cuenta que sois una porquería un pecador"

    Desde la primera vez que hoy a un kikotista pronunciar y desearle a un hermano semejante bestialidad y herejía me di cuenta que el camino neocatecumenal tiene muy graves errores doctrinales y dogmáticos, y los van enseñando sin ningún control.

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    1. Es increíble, en esta zona los mal llamados catequistas también le desean lo mismo a aquellos kikorros que hablan de conversión y de santidad o de paternidad responsable.
      Peca a rienda suelta, di siempre que eres lo peor de este mundo y el más grande pecador de todos y esos tales catequistas te estimaran y te aprobaran.

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    2. Desde la primera vez que oí a un kikotista.....

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  2. Cuentan de uno que gritaba "ya me gustaría a mi que Dios os diera un cáncer, a ver dónde estaba vuestra fe". Un año después, quienes lo cuentan, preguntaron por el kikotista deseador del cáncer. La respuesta que les dieron: "su mujer tiene cáncer. Él perdió la fe y tiene depresión". Hagamos silencio porque Dios habló.

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Antes de comentar, recuerda que tú eres el último y el peor de todos, y que el otro es Cristo.