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miércoles, 21 de diciembre de 2022

Autocelebrarse

 

La liturgia deja de ser liturgia cristiana, culto en Espíritu y verdad, cuando se convierte en un show festivo, centrado en celebrarse el grupo a sí mismo o exaltar sus supuestos «compromisos».

Javier Sánchez Martínez – 13/11/15 7:36 AM 


 Hay un desplazamiento secularista en la liturgia que manipula lo sagrado y lo sustituye por el «nosotros»; se quita a Cristo y se coloca la comunidad-grupo en su lugar. La liturgia se vuelve la seña de identidad del grupo para fortalecer los lazos humanos, transmitir unas consignas humanas y valores y repetir, cansinamente, que «vamos a hacer una sociedad más justa y solidaria».

O que vamos a salvar a esta generación, que es algo que gusta mucho repetir en cierto grupo.

Esto se nota en los acentos humanos, didácticos, y muy moralistas, de las moniciones y la homilía (ésta larguísima, un mitín); se nota en el tipo de cantos durante la liturgia que procuran tener ritmo y provocar la emotividad y lo sentimental; se nota, igualmente, en la forma de multiplicar elementos para que muchos intervengan subiendo al presbiterio (una monición a cada momento, un lector por petición… o incluso la lectura de un manifiesto o «compromiso»). Esa liturgia lo centra todo en el grupo concreto.

Cuando así se actúa, hay elementos de la liturgia que quedan postergados porque ni se les ve sentido ni se sabe qué hacer con ellos: el silencio en el acto penitencial, después del «Oremos» de la oración colecta o después de la homilía; el canto del salmo responsorial, meditativo, contemplativo; las oraciones de la Misa y la misma plegaria eucarística, dirigidas a Dios, que se recitan velozmente porque ya no se sabe orar a Dios con la liturgia; los signos de adoración (genuflexión, de rodillas en la consagración, inclinación profunda al pasar delante del altar) suprimidos… así como procesiones (de entrada, Evangelio) o el incienso…

La liturgia deja de ser liturgia cristiana, culto en Espíritu y verdad, cuando se convierte en un show festivo, centrado en celebrarse el grupo a sí mismo o exaltar sus supuestos «compromisos».

Cada vez más la liturgia se vuelve antropocéntrica: el hombre es exaltado, la propia comunidad es el centro y polo de atracción: todo es discurso, nuevo moralismo, valores y compromisos, movimiento de emotividad y sentimientos en cantos y gestos (canciones sensibleras, muchos besos y abrazos en la paz…).

Lejos quedó la sobriedad, la gravedad, la delicadeza, de la liturgia que celebra a Dios y es acción de Dios, y que por tanto nos eleva y nos une a Él. Todo se vuelve banal, ramplón, superficial, emotivo.

El primer engaño sería centrar la liturgia como si fuera algo propiedad del sacerdote, del equipo de liturgia o de la comunidad, y por ello manipulable. Más bien, la liturgia es de la Iglesia, y nos insertamos en ella, con respeto, para recibir Vida y glorificar al Señor. Esta visión eclesial de la liturgia la expuso muchísimas veces el papa Benedicto XVI: «Hemos de preguntarnos siempre nuevamente: ¿quién es el auténtico sujeto de la Liturgia? La respuesta es simple: la Iglesia. No es la persona singular –sacerdote o fiel- o el grupo que celebra la liturgia, esa es en primer lugar acción de Dios, a través de la Iglesia, que tiene su historia, su rica tradición y su creatividad» (Carta al Gran Canciller del Pontificio Instituto de Música Sacra en el I Centenario de su fundación, 13-mayo-2011).

La liturgia es sobre todo el actuar de Dios, no nuestra propia actuación creativa; es el lugar de la gracia y santificación de Dios y por eso la liturgia se recibe como un don, no se fabrica cada vez como un invento humano o una fiesta secular, esperando a ver qué inventan cada domingo:

«Podemos decir que ni el sacerdote por sí mismo, ni la comunidad por sí misma son responsables de la liturgia; sino que lo es el Cristo total, Cabeza y miembros. El sacerdote, la comunidad, cada uno es responsable en la medida en que está unido con Cristo y en la medida en que lo representa en la comunidad de Cabeza y Cuerpo. Cada día ha de crecer en nosotros la convicción de que la liturgia no es un ‘hacer’ nuestro, sino que, por el contrario, es acción de Dios en nosotros y con nosotros» (SILVESTRE VALOR, J.J., Con la mirada puesta en Dios. Re-descubriendo la liturgia con Benedicto XVI, Madrid 2014, 185).

Conviene ahondar y repetir estos conceptos, de la mano de Benedicto XVI, para erradicar algo tan extendido como que la liturgia es del grupo y debe ser una fiesta divertida y entretenida, llamativa:

«No es la persona sola –sacerdote o fiel- o el grupo quien celebra la liturgia, sino que la liturgia es primariamente acción de Dios a través de la Iglesia, que tiene su historia, su rica tradición y su creatividad. Esta universalidad y apertura fundamental, que es propia de toda la liturgia, es una de las razones por la cual no puede ser ideada o modificada por la comunidad o por los expertos, sino que debe ser fiel a las formas de la Iglesia universal» (Audiencia general, 3-octubre-2012).

La liturgia se recibe de la Iglesia, se celebra en comunión con toda la Iglesia, da forma a nuestras almas y nos santifica glorificando a Dios. Ésta es, pues, su perspectiva exacta y, bien asimilada, corrige la falsa creatividad y la desacralización.

«No es que nosotros hagamos algo, que mostremos nuestra creatividad, o sea, todo lo que podríamos hacer. Justamente la liturgia no es ningún show, no es un teatro, un espectáculo, sino que vive desde el Otro. Eso tiene que verse con claridad. Por eso es tan importante el hecho de que la forma eclesial está preestablecida. Esa forma puede reformarse en los detalles, pero no puede ser producida en cada caso por la comunidad. Como he dicho, no se trata de la producción de uno mismo. Se trata de salir de sí mismo e ir más allá de sí mismo, entregarse a Él y dejarse tocar por Él… No brota [el estilo celebrativo, la liturgia] meramente de la moda del momento» (Benedicto XVI, Luz del mundo, Barcelona 2010, 164).

Por eso, en toda liturgia, en cualquier parroquia, Monasterio, iglesia, comunidad cristiana, etc., ha de brillar sólo Dios, y para ello es imprescindible ajustarnos a los libros litúrgicos y celebrar con una mirada contemplativa, con adoración, sabiendo ante Quién estamos. No, no nos celebramos a nosotros mismos.

«En definitiva, ésta es la cuestión: celebramos el misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo o celebramos nuestra experiencias de muerte y vida, pues en algunas maneras de celebrar parece que diera lo mismo la presencia o no presencia de Dios, pues todo está centrado en la comunidad» (Rodríguez, P., La sagrada liturgia, 305).

 

Javier Sánchez Martínez, presbítero.

 

5 comentarios:

  1. En la Diócesis de Cádiz, el Camino también se autoexcluía en las misas del gallo, hasta que el anterior Obispo, Antonio Ceballos se los prohibió y les indico que no podían separarse del pueblo, sin embargo siguen haciéndolo en la Vigilia Pascual con la excusa de los bautizos y la hacen en su bola alquilando salones de celebraciones o en los salones de actos de los colegios concertados, ellos solitos se separan y después se quejan de persecución de los demás...

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    1. Ellos se apartan y se esconden como delincuentes por puro miedo , pánico a la Verdad. No quieren los iniciadores & asociados del invento cnc, engaño desvergonzado de catequesis falsamente católicas , que la feligresía parroquial pueda ver y juzgar , conforme a la Doctrina y Magisterio , sus enseñanzas y prácticas.Ya que si así fuese, su perverso invento no podría operar ni subsistir .
      Kiko y la Carmen H. son iniciadores taimados , hipócritas y cobardes que nunca aceptaron una crítica sería ni mucho menos debatir nada sobre su Frankenstein . Son ellos con su engendro los que persiguen , desprecian y manosean a la Santa Iglesia Católica.

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  2. Que la celebración al modo kiko es un dislate no debería ser otra cosa que una obviedad.

    A fin de cuentas todo lo que toca kiko se convierte en una prolongación de sus complejos, para botón de muestra esas horripilantes expresiones de sus pinturas.

    Si hablamos de la Eucaristía, lo primero es que empieza tarde, y mal, seguido de que es demasiado extensa en tiempo artificialmente. Seguimos con aquello de que prima el continente más que el contenido, le llaman ir "dignos", cuando solamente es cuestión de presumir, o de no dar la nota yendo vestido de "cualquier manera", este punto genera bastante dispersión con respecto de lo importante, es decir, lo que se pretende celebrar, la misa. Que queda solapada bajo mil desvaríos en forma de kantos, moniciones, ekos, y demás chatarra neo fantasmagórica.

    El culmen del desparrame neo se centra en lo que muchas veces se repite en la monición ambiental, eso de que "esto" es un banquete, y que el "señor" va a pasar rescatando en medio de la asamblea.... No, no se hace la debida indicación sobre que Él se hará ciertamente Presente en la Consagración (lo dejó dicho: "haced esto en conmemoración mía") De hecho, está muy mal visto si alguien se intenta arrodillar... Hasta hubo quienes tuvieron que abandonar el trípode por ese motivo.... ya es malvado no hacerlo, pero no dejar a otros que sí quieren... eso ya es demoniaco.

    En resumen, lo que el cnc realiza cada sábado, o cada vez que le viene en gana, no es ser respetuoso con la Liturgia de la Iglesia. Traducido: No respetan a Aquél que dicen anunciar.

    Aún y con esas, Cristo es tan fiel, tan amable, que se apiada de quienes en medio de todo ese maremágnum son capaces de estar atentos a su Presencia. Diría que aún más que en otros lugares, porque mira que es difícil estar a lo que hay que estar con tanta farfolla, tanto fuego de artificio, tanto mercader de tanto templo.....

    -sepul-

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    1. El cnc es un invento humano , un artificio,concebido por una pareja de frustrados amargados en todo sentido,afines en la herejía del Modernismo, vividores oportunistas del ala "progre" modernista del pastoral CV II. ,enamorados narcisistamente de sus egos y ,oxigenados por el batir de las alas de los espíritus que viven en los aires

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    2. Si a esto le añades que Kiko era muy amigo del cardenal Bugnini, que era masón y artífice de la nueva liturgia reformista del Vaticano II, lo entiendes todo.

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