Traditio symboli (CXXVII)

 

Kiko: ¿Cómo te llamas? ¿Qué es lo que no veías antes del camino? 

S: No veía mi pecado, mi egoísmo, mi orgullo. No veía que no sabía amar a nadie y siempre estaba contenta conmigo misma. No veía que Dios me amaba ni que Él tuviera algo que ver con mi vida.

Kiko.: ¿Cómo te ha abierto los ojos?

S.: A través de la comunidad, la Palabra, los hermanos; a través de cada paso del camino he ido viendo mi pecado.

Esta escrutada va con la lección bien aprendida. Siempre es lo mismo: antes del camino ceguera total y Dios en las antípodas de la vida, para después asegurar que es la visión de rayos X que se adquiere en la comunidad, a través de la ingesta de kikotina, la que ha permitido descubrirse a sí mismo como el último y el peor de todos y quedarse tan contento porque “diosito te quiere pecador”.

Kiko: Y ¿sobre estos pecados se ha manifestado la gloria de Dios?

S: Creo que Dios puede liberarme.

Kiko: ¿Qué pecados has visto en el camino?

“Hechos concretos, hermana, en el camino hablamos hechos concretos”.

S: Que soy muy egoísta, que soy incapaz de amar, que soy intransigente. Me está poniendo barro de continuo a través de mis hijos, específicamente con mi hija mayor; antes peleábamos mucho más, ahora veo que puedo amarla.

Sin comentarios. Me resulta espeluznante la idea de haber estado sin ver que se puede amar a una hija. Es antinatural.

Kiko: ¿Has experimentado que Jesucristo ha muerto por tus pecados?

S: He visto a través de muchos hechos que Dios me ama, pero sentir que Dios me ha perdonado, tener este sentimiento, no.

¡Uy! La ha pifiado. Porque en el CNC son muy sentimentales, que no afectivos.

Kiko: ¿Tú has estado en la convivencia? ¿Te has confesado? ¿Has experimentado el perdón?

S: Sí, pero no es un sentimiento.

Kiko: ¡De hecho no debe ser un sentimiento! Es el Espíritu quien te dice que Dios te ama: si no te sientes perdonada, ¿cómo experimentarías que Dios te ama?

S: En algunos hechos veo que Dios me ama.

Kiko: Sientes que Dios te ama, ¿que te ama aunque seas malvada?

S: Sí.

De eso se trata: de ser los peores malvados, pero sin problemas de conciencia, porque no les falta el amorcito de Dios.

Kiko: Entonces ¿por qué no sentirte perdonada? El Señor ha quitado tu pecado de ti. ¿Tienes al Señor adentro ahora? ¿Has experimentado que el Espíritu del Señor hace que ames a tu hija cuando ella se equivoca, te hace amar a tu esposo aunque sea un pecador?

Los ateos también aman a sus parejas y a sus hijos.

S: Sí, esto sí que lo veo.

Kiko: ¿El Señor te ha enseñado a perder la vida? ¿Eres la misma persona que eras cuando entraste en el camino?

De eso se trata, de valorar el alcance del programa de adoctrinamiento.

S: Espero que haya cambiado algo.

Kiko: Durante estos ocho años, ¿no has aprendido a quererte poco a poco, a perdonar, a aceptarte a ti misma? Antes tenías escrúpulos horrendos, dudabas constantemente y eras una incrédula, constantemente; ahora ya no eres tan así, ¿verdad?

Entendedlo bien: antes si obrabas mal tenías escrúpulos, pero ahora, si la programación ha funcionado bien, cuando obras mal te quieres a ti misma y pasas de escrúpulos puesto que es diosito quien lleva tu historia y te permite que obres como lo haces sin dejar de quererte. Y además es una tontería preocuparse por el mal que le hagas al otro, porque ya se preocupará diosito de compensarlo, que para eso es quien ha permitido que tú obres el mal.

S: Yo creo que algo ha cambiado.

Kiko: En el segundo escrutinio tú dudabas del amor de Dios.

¡Qué útil es el cuaderno negro del kikotista en el que este apunta cualquier información que pueda comprometer al escrutado!

S.: Sí. Ahora menos, pero a veces no entiendo algunas cosas. Por ejemplo, el miedo que tengo a la muerte; tengo miedo de ser castigada, de condenarme, de ir al infierno. No sé, no puedo explicarlo. No me ha liberado de esto: me pasa según los días. Un día pienso que sí, pero a veces leo una lectura de la Escritura y me trastorna, según la lectura que me salga. No sé por qué me pasa esto a mí y no les pasa a los demás.

Es que la bibliomancia no es buena. Mejor no practicarla.

Kiko: Tú estabas con las monjas cuando eras pequeña, tenías pánico al infierno.

Quede claro: nada de pescar entre los alejados, el caladero siempre es el de la gente próxima a la Iglesia desde la tierna infancia.

S.: Sí, en mi niñez solo veía esto: Dios como juez que viene a darte un palo y nada más. Ahora veo que el Señor me cuida; por ejemplo, cuando preparaba las lecturas del domingo, una lectura fue un milagro para mí, me dejó contentísima. Muchas veces tomo la Escritura y me sucede algo incomprensible, o sea, algo me responde en ese preciso momento: entonces veo esto como un milagro y veo que Dios interviene y me está amando en este momento. Pero esto lo veo en ese momento e inmediatamente después vuelvo a mis miedos. Leo: "Dad de comer al hambriento y de beber al sediento" y luego habla de una maldición, y yo veo que ¿en mi vida no aplica? entonces me quedo angustiada y asustada.

Kiko: TÚ no puedes interpretar las Escrituras sola, para eso está la Iglesia. Porque el demonio te puede hacer interpretar muy mal la Escritura, porque él la conoce...

S: Estaría contenta si supiera que esto es una cruz. ¿Podría ser esto una cruz?

No, es una melonada de adicta a la bibliomancia, que es cosa mala. Pero no esperes que Kiko te saque de tu error.

Kiko: ¡Ciertamente sí! Ya deberías saberlo. ¿Por qué el Señor permite que tú tengas esta neurosis, este pecado? ¿Por qué?

Una neurosis no es un pecado. Quizá esta señora tenga un problema psicológico -una neurosis- que la haga ansiar conocer el futuro y como sabe que el tarot es malo, se tira a la bibliomancia que no es mejor, sino más sutil pero igual de pérfido. Pero de ser así, habría que invitarla a unas sesiones con un psicólogo en lugar de aprovecharse de sus neuras para dominarla.

S: Porque si no, aunque por otras cosas, yo no estaría aquí. Porque estoy tratando de liberarme de esto, llevo mucho tiempo con el psiquiatra y no me hace nada.

Un psiquiatra es un médico. Eso son palabras mayores, las enfermedades mentales son muy serias y ciertamente Kiko no está cualificado para tratar con una enferma mental.

Kiko: ¿Jesucristo es la manifestación de Dios a los pecadores? Tú eres una orgullosa porque no aceptas sentirte pecadora; lo peor es que tienes una neurosis de tipo X desde que eras pequeña y necesitas el castigo de tu padre para sentirte amada, es decir, que tu padre se preocupe por ti amándote o por lo menos castigándote. Supongamos que tú tienes una enfermedad mental porque tenías celos y envidia de tu hermana, porque tu padre era una persona importante que nunca estaba en casa, por varios motivos.

Esto es lo que pasa cuando un incompetente hace intrusismo profesional, que se pone a decretar fuentes imaginarias de una enfermedad real y se queda tan ancho. Peor, porque a continuación le pondrá a la paciente un tratamiento desquiciante para ella y para su entorno.

Aquí te sucede algo extraño si sigues aferrándote a esto como si no quisieras aceptar la historia pasada. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo? Sin embargo, ya deberías haber dejado tu historia pasada. Debes aceptar que no debes tu vida a la carne ni la sangre de tus padres, sino a Jesús que ha dado su sangre por ti siendo tú pecadora, porque eres muy pecadora. Pero bendito pecado que te ha llevado a encontrar en Jesús un amor tan grande.

Este es otro tic perverso del CNC: la insistencia en que hay que hundirse muy muy profundo para poder experimentar el amor de Dios y el perdón de los pecados. MENTIRA. No creo que María fuese jamás una gran pecadora, pero experimentó el amor de Dios como nadie. Tampoco lo creo de Santa Teresa, por ejemplo, y también conoció a fondo el amor de Dios.

Te refugias en tu historia pasada para continuar un poco tu infancia, como una niña tonta: hay una zona en ti que no querrías que creciera y esto te es un impedimento para el don de la sabiduría. Tú deberías tener conocimiento de Dios, de sus misterios, más grande y más profundo. En todos los sentidos estás mejor: pero aún estás a mitad de camino... Imagínate que aunque has visto las obras de Dios todos los días te cuesta aceptar que Dios te ama, debes pensar que te castiga. Dios está permitiendo que tú tengas este demonio porque tienes que combatir contra él. Porque Dios está esperando algo de ti: se libre. Él está esperando que destruyas esto y mires a Jesucristo y digas: “¡Tú me has amado! ¿Cómo es posible que yo dude de tu amor, habiendo dado tu vida por mí?”. Es una blasfemia decir que la vida de Cristo no está en ti. 

Menudo desbarre. Jesús ha dado su vida por todos, pero el infierno existe y la salvación es una elección personal. Nadie está obligado a aceptarla. Y no hay ninguna blasfemia en decir que la vida de Cristo no está en los condenados del infierno. Es más, como yo no tengo visión kikótica, jamás me atrevería a asegurar en quien sí está o deja de estar la vida de Cristo.

Tienes que odiar a tu padre, cortar tu historia; pero no quieres, no quieres nacer de nuevo. No has odiado a tu padre, no has vendido tus bienes, estás atada a algo...

No te dejo ir a predicar.

Pero ¿no decían que en el CNC todo era “en tu libertad”, que si no querías hacer algo no pasaba nada? ¡Ah, que era OTRA mentira!

Ahora estás pensando: “¿Ves cómo no me deja predicar? ¿Ves cómo está el castigo ahí? ¿Ves cómo me condenaré?”. Esto te gustaría que te lo dijera y si te dijera que te condenas serías feliz. En el fondo, eres malvada.

Ella será una enferma mental, pero para neurótico, Kiko, que va por ahí declarando quien es feliz de ser condenado por un mindundi que se debe de creer el lugarteniente de Lucifer… quien sabe si con razón.

Recibirás la traditio pero esperarás unos meses para ser enviada. Y le dirás al Señor todos los días: "Tú me has dado la vida y me has sacado de la muerte". Tú niegas la resurrección de Jesucristo. Si Dios te ha enviado a Jesucristo para salvarte de la muerte, el Espíritu Santo dentro de ti -el Espíritu de Cristo resucitado que ya no puede morir y que nos permite amar al enemigo- es un amor que ¡vence a la muerte! ¡Tú te deleitas en lo negativo! Es como si estuvieras alimentando a tu demonio. ¡Mira lo positivo!

Lo dice uno que se recrea y regodea en la descripción de la Pasión de Cristo.

Hay una perversión en tu carácter. La llave de esta perversión la tienes tú, y no quieres renunciar a ella para dársela a Jesucristo. Tienes que aceptar ser salvada gratis, aceptar que Dios te ama muchísimo; y si niegas este amor gratuito de Dios es porque eres perversa.

Para perverso quien induce a otro a no sentir dolor por los pecados con la ocurrencia de que Jesús te quiere pecador y te salva gratis por más enfangado que estés.

Llevas mucho tiempo así; estas tonterías que dijiste, tantísimas blasfemias como la que ha dicho que te hemos aguantado...

¿Qué blasfemia ha dicho esta mujer? Por favor, que alguien me la señale, porque como no se refiera a la adicción a la bibliomancia como método para comunicarse con Dios, no sé a qué se refiere. Debe ser algo que solo se escucha cuando se tiene el oído inundado por la kikotina.

el Señor te ha traído con cariño, con misericordia, y con ternura. ¡Ya basta! El Señor te pide un paso más. ¡Ahora puedes, se libre! Tu neurosis está mucho más aplacada. Ahora eres mucho más libre para poder comenzar a aceptar lo positivo.

¿Será consciente de que ser libre es totalmente contrario a ser dirigida por un incompetente intrusista que se las da de psicólogo?