Diarrea por vía bucal (II)

 

Sigue la diarrea oral. Para quien no se acuerde, lo corté en el mismo instante en que todo lector recibía, gratis total y sin diezmo, la salvación.

 

Los iniciadores haciendo cuentas sobre la ración de salvación que les corresponde a cada uno

¿Y qué es esa salvación? Pues te lo voy a decir rapidísimo, pero antes os leo esto de caritas christi, porque es un aspecto del kerigma importante. ¿Por qué? Porque kerigma es… Esta noticia es como un prisma, tiene muchas muchas facetas, como un brillante que ha sido tallado y brilla en diferentes facetas. Dios a nosotros, al camino, le ha dado una faceta del kerigma, una faceta existencial, muy existencial, porque no podríamos ir a anunciar el evangelio a toda el Asia si no nos diera una forma de predicación, porque no son sermones, no es doctrinas, tenemos un arma que es el kerigma, el evangelio, el anuncio del evangelio. A una chica se lo das… ¡Vete! A un joven, ¡vete! De casa en casa, y anuncia el evangelio.

Dice un joven: “Déjame que vaya a enterrar a mi Padre”. Dejad que los muertos entierren a sus muertos, tú ven y sígueme. ¡Vete anunciar el evangelio! Id y anunciar el evangelio a toda la creación y ¿qué es lo que hay que anunciar? ¿qué? ¿qué cosas? ¿qué? ¿que hay que ser buenos? ¿que no tenemos que robar, que no tenemos que fornicar, que no tenemos que mentir? ¡No! No es eso solamente, no, es mucho más que eso.

De la epístola a los corintios, segunda epístola:

«Hermanos, el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron. Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino que vivan para aquel que murió y resucitó por ellos. Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo según la carne ya no le conocemos así, porque el que está en Cristo es una nueva creación. Pasó lo viejo…»

Han aparecido cosas nuevas.

Un vicio muy kiko es el interrumpir lo que el llama “proclamación” para meter comentarios perfectamente prescindibles. En esta ocasión se controla y solo se le escapa lo de arriba.

«…y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación. Porque en Cristo estaba Dios reconciliando el mundo consigo, no tomando en cuenta los pecados, las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación. Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios mismo os exhortara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os suplicamos: ¡Reconciliados con Dios!  A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros para que viniésemos a ser justicia de Dios en él, y como cooperadores suyos que somos, os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios. Pues dice él: “en el tiempo favorable te escuché y en el día de salvación te ayudé”. Mirad, es ahora el tiempo favorable, mirad, es ahora el día de la salvación».

Palabra de Dios

Es muy importantes este texto por la palabra ahora. ¡Ahora! Ahora es el momento, aquí, en San Pedro del Pinatar, bajo este cuadro, ahora, el día… no sé qué día es hoy, en esa parroquia, es ahora, ahora es el momento de la salvación.

Esto de ahora es muy importante, también lo dice el sermón de la montaña: ¡Ay de los que reís ahora!, dice Jesús en sermón de la montaña. Quiere decir que cuando se anunciaba el evangelio se daban cuenta que anunciar a Jesucristo se realizaba en el momento, en el momento.

¿Y qué tiene que ver el reír ahora con todo esto? ¿Acaso no es lógico reír de alegría al recibir “ahora” tan estupenda noticia?

Por eso yo, aunque no… no tengo más remedio; el Señor ha querido que haga este encuentro con vosotros aquí, me guste o no me guste, aunque para mí siempre antes es como un parto, porque no sé si Dios me inspira.

Pobrecito. Y ahora toca autobombo porque si no habla de sí mismo y de sus proyectos, explota. Se realiza con estas cosas.

No me acostumbro jamás y mira que he hecho encuentros de jóvenes este año… He hecho el encuentro en Milán con las familias. Se han levantado tres mil familias. Estuvo el cardenal, que quedó impresionadísimo, y estábamos allí en Milán, en el encuentro con el Papa de las familias, que tienen un encuentro en Trieste, y quince mil jóvenes han tenido un encuentro también en el sur de Italia. Sin parar un momento, no me… Es una tensión.

Bueno, pero tengo que estar contento de que el Señor me permite, no obstante que soy un pecador y un pobre, anunciar el evangelio, porque Él viene conmigo, porque lo importante no es lo que yo diga, es lo que Dios actúa en ti, la gracia del Espíritu Santo. Mirad lo que dice aquí. ¡Atención!: «os exhortamos a que no recibáis en vano», a no hacer vana la gracia, porque Dios ha querido en su providencia este encuentro, y está dispuesto a mandar su gracia, la gracia del Espíritu Santo, pero sois libres para hacer vana, para hacer que no valga para nada este encuentro, para que pase la gracia sin que haga nada en vosotros.

Paso 1: Te apropias de Dios y aseguras que él va a donde tú vas, lo llevas en el bolsillo a todas partes.

Paso 2: Por tanto, si alguien sale del “encuentro” igual o peor que entró, más aburrido, más cansado, más harto de todo, el fallo es de esa persona que ha osado hacer vana la gracia de tu dios de bolsillo.

Por eso dice San Pablo: ¡Atención a no hacer vana!, a no destruir la gracia del Señor, porque Él quiere daros su gracia. Y su gracia es su amor y su gracia es la vida inmortal. Su gracia ¿qué es? Su naturaleza. Es su naturaleza. Somos una nueva creación. Pasó lo viejo, dice, si hemos conocido a Cristo en la carne, si hemos conocido a Cristo con un amigo y hemos estado con él, ahora ya no es así, ahora le conocemos de forma mucho más profunda porque el espíritu que recibimos desde el cielo es Dios mismo. Que salves a la humanidad con él, no hay cosa más grande.

A mí me da que no hay soberbia más grande.