Tostón en tiempo de Pascua 2021 (VII)

 

¡Oh santa humildad de Cristo! ¿Qué es la humildad? Aceptar todas las incomodidades, que llegas a casa cansado y tu mujer te grita, o tu marido te grita o tu hija te llama por teléfono para decirte que no vuelve a casa a dormir. 

Es como una espina, dicen los Padres que siempre tenemos espinas, Dios permite espinas que nos ayudan a la conversión, a ser santos. Sé humilde y acepta envejecer, perder el pelo y los dientes, deformarte. Acepta por amor a Cristo ser el último, ser humillado, ser humilde y manso. La imagen de los cristianos en las catacumbas es la de un cordero, y en el centro hay un cordero degollado: “Por tu causa, Señor, nosotros somos todos los días como corderos llevados al matadero”. El Señor quisiera que fuéramos todos mansos y humildes porque todos te miran y tú en el cielo sabrás cuánta gente ha sido llevada a Cristo gracias a ti, aunque te parezca que no haces nada.

Lo que Kiko plantea no tiene nada de humilde. Pensar que el mundo entero lo mira no es ser humilde, recrearse con la idea de que él solito, no Dios sino él, lleva a la gente a Cristo no es ser humilde. La incoherencia es marka de la kasa.

Ser humilde significa considerar a los otros superiores a ti, tú considérate el último y el peor de todos, no deberías estar aquí, piensa en aquellos que están en la cárcel, en aquellos que tienen un cáncer horrible, piensa en la misericordia de Dios contigo y dale gracias.

Considera a los religiosos de misa de 12 superiores a ti, considera a quienes han dejado la comunidad superiores a ti, considera a los párrocos que no quieren el CNC superiores a ti. Y tal vez entonces empieces a entender la humildad.

Cada Eucaristía toma agua de la Vigilia Pascual, Eucaristía significa Acción de gracias. El seder pascual dice: “En esta noche contarás a tu hijo las maravillas de Dios, cómo es bueno, cómo es santo contigo, cómo te ha ayudado, esta noche darás gracias a Dios por la creación, por la fe, porque ha abierto el mar, porque te ama, porque te ha dado una mujer, unos hijos, porque es buenísimo contigo. ¡Canta, exulta en esta noche y da gloria a Dios por el amor inmenso que tiene hacia ti! 

La liturgia de la Iglesia también señala que es una noche propicia para dar gracias a Dios por su obra de salvación. No hace falta remontarse al seder, que no es cristiano, ni a los ritos babilónicos ni a los aztecas, musulmanes, sincréticos o sintoistas.

O sea, que en esta noche el Señor quisiera que le diéramos gracias, que estemos por dentro llenos de gratitud porque su gracia, su amor está en nosotros y de que estemos contentos de que nos ha elegido para ser santos y humildes, para considerarnos últimos: “¡Considera a los otros superiores a ti!”. Pero esto no es tan fácil, por eso esta noche es una noche especial para que el Señor alimente en nosotros esto: “Considérate el último, considera a los otros superiores a ti”. No tienes merecido el estar en comunidad, hay mucha gente que su vida es un infierno, que tienen cáncer, enfermedades, que su matrimonio se ha roto, etc. sin embargo nosotros hemos conocido la misericordia y el amor de Dios.

Lo dudo mucho, porque quien ha conocido la misericordia y el amor de Dios es misericordioso y caritativo con los demás. Sin embargo, los kikotizados hacen alarde de maledicencia y malos modos hacia el prójimo, que es Cristo.

Por eso, quisiera el señor que fuéramos agradecidos, contentos de tu comunidad, contentos de tus catequistas, contentos de Kiko y de Ascensión y del P. Mario y de Carmen. El señor preparó catequistas para ti.

Sospecho que esa referencia al señor es falsa, por eso la minúscula. El verdadero Señor no pondría el foco en lo que no sirve para nada, sino en que fueras agradecido por tu familia, por tu trabajo, por tus amigos, por tu vida, en suma, por lo que de verdad importa.

El Señor está deseando unirse a ti, hacerse uno contigo, como el Padre está en el Hijo, perfectamente uno, así ha dicho Cristo que quiere que esté en nosotros Él, uno, perfectamente uno. Y la muerte ha sido vencida por Cristo, hermanos, morir es mejor que vivir, porque morir, dice San Pablo, es ir con Cristo, que es el sumo bien, la suma felicidad, el amor por excelencia. Ahora lo percibimos en medida pobre por nuestro cuerpo, pero después en el cielo nos dará un cuerpo transformado y glorioso donde podremos percibir el amor de Dios en una medida maravillosa, porque Dios es amor, nos ha creado para Él y en Él y con Él.

Por eso, ánimo, hermanos. Dios se complace en que nos amemos: “¡Amaos unos a otros”, ¡Amaos! ¡Quereos! Y si ves que no tienes ningún amor a nadie, ni a la comunidad, ni a la mujer, ni a tus hijos, pues ponte de rodillas, cierra la puerta de tu cuarto y pídele perdón al Señor: “¡Perdón, Señor, perdón! Concédeme tu Espíritu para que yo pueda amar, como Tú quieras que yo ame, para que se manifieste en mí tu gloria, que es el amor que tienes a todos los hombres”.

Si no puede amar a nadie, en lugar de seguir practicando las kikadas que no sirven para nada, vete a la verdadera Iglesia, que es madre y maestra.

El Señor quiere mostrar en nosotros su amor y su presencia y esto es algo que no merecemos. Algo verdaderamente maravilloso. Hermanos, así que: ¡Ánimo!

Es algo imposible para quien se tiene por el último refresco del desierto. Solo el humilde puede mostrar Su amor y Su presencia. ¿Alguien ha conocido alguna vez a un kikotizado humilde? Pues eso.

Vamos a cantar a la Virgen. “Como oveja que ve como se llevan su corderito al matadero”. Este canto es una catequesis, entra dentro de nosotros y hace su misión en el alma.” Hijo mío, hijo mío”, dice la Virgen.

 Canto: Como oveja que ve como se llevan su corderito al matadero.

Y después el corderito es servido de desayuno a unos muy kikos.