Tostón de Cuaresma 2021 (VII)

 

Me he olvidado de hablaros sobre la oración, el ayuno y la limosna. En esta Cuaresma la Iglesia nos invita a convertirnos y nos recuerda los tres elementos fundamentales: la ORACIÓN, el AYUNO Y la LIMOSNA.

La limosna: el dinero siempre es un peligro enorme: es necesario que estemos constantemente dispuestos a darlo y que nos quedemos sin nada, dar limosna a los pobres.

Lo dice uno que sigue apegado a la casa de sus padres e incluso a los tétricos manchurrones de su viejo cuarto que llama “pinturas”.

El ayuno: por amor a Cristo es muy importante algún sacrificio, es muy importante.

Este es el que se burlaba de los religiosos de misa de 12, tan moralistas, tan buenecitos, con sus ayunos de los viernes y sus novenas.

Qué importante es el perdón, perdonaos unos a otros. Un sacerdote contaba que cuando las parejas acudían a él para casarse, él siempre les hacía esta pregunta: “¿Cuántas veces estás dispuesto a perdonar a tu esposo, a perdonar a tu esposa? ¡Si no me dices todas, no os caso!”. ¡Todas las veces! ¡Todas! El perdón, perdonarse mutuamente, vivir en el perdón, perdonar al otro como es, sin querer transformarlo. "¡Amaos los unos a los otros como yo los he amado!". ¡Debemos amar al otro en sus defectos!

Eso, por puños y a la fuerza, todo moralismo. Pues no. Se trata de amar a pesar de los defectos, no en los defectos.

Bien, hermanos, ánimo, este es un tiempo de preparación, la Cuaresma, para la Vigilia Pascual y la Iglesia nos recuerda las tentaciones que Cristo ha vencido y que todos nosotros debemos afrontar. Las tentaciones del shemá: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón. El corazón de Israel murmuraba, no amaban con el corazón. Cuando sentían calor o dolor en el cuerpo, el corazón lo rechazaba. Nosotros también estamos llamados a ofrecer al Señor los sufrimientos del cuerpo que nos llevan a murmurar contra Dios. ¡No murmuréis! Agradeced al Señor que os ama, que os ha dado una comunidad, que os ha dado catequistas.

Mejor es que le agradezcas que te ha dado una familia, un hogar, un trabajo, ser parte de la Iglesia... Tú sabrás qué es lo que de verdad importa, pero ya te digo yo que no dar gracias por la Iglesia y darlas por la comunidad es un despropósito.

¡Ánimo! Pídele al Señor durante esta Cuaresma que te ayude a prepararte para la Pascua, que esté presente contigo, que te ayude en el matrimonio a ser mejor con tu esposa. Pregunta a tu esposa: “¿Qué debo hacer para amarte más? ¡Dímelo! Entiendo que lo hago muy mal, ¡ayúdame!”. ¡Ayudaos los unos a los otros a ser cristianos, a amaros mutuamente! Es una cosa necesaria, importantísima. ¡Amaos unos a otros! Estamos en una religión donde el amor es su corazón. “¡Amaos unos a otros!”, dice el Señor, algo tan extraño. "¡Amaos unos a otros!".

Insiste en insiste porque bien sabe que no hay una sola comunidad donde se dé este amor. Lo que indica a las claras que el Espíritu de Dios no está allí.

En este tiempo de Cuaresma, debo ayudarlos, como catequista, a prepararos para la Vigilia Pascual. ¿Cómo te preparas para la Vigilia Pascual? A través de las TENTACIONES DE CRISTO. ¿Cuáles son las tentaciones? Ya las conoces pero te diré una palabra sobre ellas.

La Iglesia Santa de Dios nos enseña que para prepararnos durante la Cuaresma para el Triduo Pascual y la Santa Vigilia Pascual debemos convertirnos. ¿Qué significa convertirse? Amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu inteligencia, con todas tus fuerzas. Por tanto te invita: con todo el corazón a aceptar sufrir en el cuerpo: acéptalo, ayuna como Cristo, no mires televisión, los primeros cristianos dormían en el suelo, no bebas vino, no sé lo que Dios te inspirará. El ayuno es una gracia que viene del Señor, no es una obra nuestra, los del camino no somos voluntariosos, pelagianos, nunca os lo hemos dicho: ¡debes hacer, debes hacer! Todo es obra de la gracia.

Falso. A mí una y otra vez me han dicho lo que debo y lo que no debo hacer: debes hacer el trípode, debes traer a tus hijos a la comunidad, debes preparar, no debes faltar, debes, debes, debes... Y es mentira, nunca debí nada.

En esta Cuaresma de alguna manera encuentra el modo de hacer un signo que le diga a Cristo que estás dispuesto a amarlo sin murmurar en tu corazón por la incomodidad o por grandes o pequeños sufrimientos. 

La oración de los antiguos monjes: ¡Señor, Jesucristo, hijo de Dios, ten piedad de mí que soy un pecador! Tenemos una lucha contra el demonio para no murmurar contra Dios. El demonio siempre quiere destruir nuestra fe y quiere que dudemos del amor de Dios y utiliza los acontecimientos de la historia reinterpretándolos. Por eso dicen los judíos: si un judío pasa cuatro días sin escuchar la palabra de Dios, pone en peligro su salvación eterna. ¿Por qué corre peligro un hombre si no escucha la palabra de Dios? Porque durante cuatro días el demonio ha estado allí para reinterpretar los acontecimientos de la historia... Solo la Palabra de Dios detiene al demonio, escuchar la palabra lo detiene y te da otra luz, por esto invitamos a los hermanos a poner la vida en la luz de la palabra de Dios.

Ya sabes: no te van a decir “debes hacer, debes hacer”, te van a decir que si no haces lo que ellos quieran, no te salvas. Pero es mentira, porque ellos no disponen ni dispensan la salvación de nadie. La salvación solo corresponde a Dios y no se adquiere por escuchar ni por leer. Ni aunque lo hagas a cada hora.

Con respecto a la tentación de la inteligencia, la Iglesia te dice que el hombre quiere convertirse en dios de sí mismo, fruto de la soberbia y tienta a Dios porque no acepta la historia, te dice que reces y te pongas de rodillas ante Cristo y reconozcas que tú no eres Dios, Él es Dios. Así que reza. Durante esta Cuaresma hacemos las laudes por la mañana, es importantísimo hacer un mínimo de quince minutos de oración silenciosa. Santa Teresa de Ávila dice que quince minutos al día son suficientes para que el hombre vaya al cielo, para salvarse.

De nuevo: no te van a decir “debes hacer, debes hacer”... ¡Ya! Lo que te dices es que obedeces o no te salvas. Tu verás. Yo prefiero no fiarme de unos que reparten ES de contrabando.

Quizás no hiciste quince minutos de oración esta mañana. No sé cuánto tiempo hace que no haces la oración silenciosa, que no dialogas profundamente con Jesucristo. O el sacrificio de ir a rezar. Entiendo que eres viejo, hace frío, lo entiendo, pero te invito como catequista a convertirte e ir a rezar con la comunidad. Especialmente después de haber rezado los salmos, sabes que debes hacer un mínimo de quince minutos de oración silenciosa con la invocación: Señor Jesús, ten piedad de mí que soy un pecador.

¡Ya se le escapó un “debes hacer”! Porque se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.

La tercera tentación es la del dinero: amarás a Dios con todo tu dinero, con todas tus fuerzas, con tu trabajo, le darás todo a Dios. Estas son las dos monedas que la viuda arroja al tesoro. En relación a esto, la Iglesia te dice que durante la Cuaresma debes dar limosna, el dinero es muy peligroso porque no se puede servir a Dios y a Mammón, o sirves a Dios o sirves al dinero...

No existe en la Escritura esta historieta de “amarás a Dios con todo tu dinero” ni la de “le darás todo a Dios”. Quien sostenga otra cosa, miente. Otra mentira es que la Iglesia diga que debes dar limosna. El “debes hacer” es un vicio muy kiko no atribuible a la Iglesia que, como madre, lo que hace es invitarte y darte ejemplo.

Uno no se convierte de una vez para siempre, sino que todos los días debemos convertirnos. Los Padres de la Iglesia dicen que de nuestro bautismo fluye un agua purísima que dice: ¡conviértete hoy! Los Padres del Desierto dicen que el combate del cristiano no es solo día a día, sino hora a hora. Cada hora debemos vivirla en el recuerdo constante de Cristo y pidiendo ayuda porque estamos de paso, estamos pasando, nos estamos acercando a la Jerusalén celeste, no podemos olvidarlo. El Señor nos ha dado la vejez que nos ayuda a pensar que debemos dejar esta vida, que no estamos aquí para siempre. Cristo quiere que este paso no se haga solo por nosotros, sino por aquellos paganos con quienes Dios ha decidido encontrarse a través de ti. Todo está escrito en el cielo, los musulmanes nos lo copiaron. Está escrita la gente que gracias a ti se salvarán de la muerte eterna y del infierno. De la misma forma que vosotros sois salvos a través de mí.

Y Cristo que se vaya de vacaciones, que no hace ninguna falta.

Para acabar, tengo la obligación de anunciar el kerigma, brevemente.

Este tipo siempre tiene la obligación en la boca. Para él nada es gracia, todo son codos y obligaciones.

Dios ha querido salvar al mundo mediante la necedad de la predicación, del kerygma. ¿Qué es el kerigma? El kerigma es una noticia, un acontecimiento. El universo se expande a una velocidad inmensa, las galaxias caminan a una velocidad increíble; nosotros estamos en una galaxia en forma de espiral y una cola es la Vía Láctea, somos un planeta pequeño y está todo el universo en una explosión inmensa que nadie sabe a dónde llegará. No se sabe nada específico, hablan de un big bang y cada vez descubren otras galaxias. De la misma forma en que Dios creó el universo con esta explosión, así es nuestra salvación.

A ver si logro poner un poco de lógica en tanto desbarre: La comparación no procede. “Nuestra salvación” está sometida al libre albedrío del ser humano, el universo y su creación, no.