Patética publicidad neocatecumenal

Ha circulado un mensajito para que todos los adictos a la kikotina supiesen de una ¿aparición estelar del divo? con motivo del centenario del nacimiento de san Juan Pablo II.

Me dicen quienes han tenido la santa paciencia de verlo que, como era de esperar, hay quien no sabe o no está preparado para hacer semblanzas de nadie salvo de sí mismo. Normalmente, la carencia de empatía conduce a ese tipo de deficiencias para con los demás.

El caso es que lo que me han narrado me ha hecho recordar a Francisco Umbral, salvando las distancias.

Y más próximo en el tiempo, y también más de la generación de mis hijos, he comprobado que el afán propagandístico ya estaba inventado y ha sido usado antes de la patética intervención kikil. No me diréis que no hay un parecido razonable.

Y aun habiéndolo, resulta que el tal Alfred fue más discreto que el divo y puso menos propaganda a su alrededor.
De lo que me han contado, hay varios detalles que me han llamado la atención:

Primero. Ya están tardando en ponerle aureola de santidad de kategoria superior a la depresiva. Me refiero a pintarla con aureola en ese retrato suavizado que tanto les gusta enseñar y al que suelen añadir unas manitas postizas en actitud de oración. Será que se controlan para no escandalizar, que ya se sabe que hay cosas que no se enseñan a los de fuera.

Segunda. Kiko no afirma que San Juan Pablo II esté en el cielo, solo admite que es una posibilidad. Obviamente, puesto que la santidad no la ha acreditado él, que tiene línea directa con diosito, y puesto que en todo caso se quedaría en santidad de kategoría normal tirando a la-habitual-de-la-religiosidad-natural, no es raro que no esté seguro del asunto. No así con Karmenchu, faltaría más, que debería ser pekado dudar de su santísima kategoricidad, digo, al revés.

Tercero. El sensible ya no pintarrajea las paredes. Su gusto estético es claramente cuestionable, pero no pintarrajea donde no toca.

En nombre de la Iglesia que os ordena que os atengáis al estatuto, ¿recuerdas?

En fin, ya sabéis, según Kiko la santidad decretada por la Iglesia Católica no implica para nada que se haya alcanzado el cielo. Solo le ha faltado asegurar que la única forma de comprar la salvación en cómodos diezmos es someterse a él, digo, hacer el camino que no lleva a ninguna parte.

Si es que está mayor, no sé por qué le dejan hablar sin guion.