Cosas que el Camino oculta a los de fuera

El día 13 de mayo de 2020, un año providencial y extraordinario, tuvo lugar la admisio ad ordines de dos jóvenes, Paolo Felicetti y Giacomo Dainotti, que, como indican los nombren, son chicos importados por el RM de Galilea, que carece de vocaciones procedentes de la tierra. Tal vez sea que los lugareños, a la vista de cómo se aman los de la domus, no quieran ni acercarse.

La ceremonia estuvo presidida por el vicario patriarcal de Jerusalén y, por fortuna, en esta ocasión no se perdió la cruz procesional. Lo que incomprensiblemente desapareció de escena y no volvió a aparecer hasta días después fue el pegote de januquiá de 9 brazos que tanto les gusta poner encima del altar.

Así luce la januquiá el 17 de mayo de 2020

Ya es raro que se pierda la januquiá justo cuando preside alguien que no es del CNC y que, a lo mejor, no aprecia las tonterías de meter pseudo símbolos hebreos donde no pintan nada (Lo de pseudo es por el noveno brazo, que a saber de dónde ha salido y qué simbolismo le dan los amigos de la kikotina).

Entrada del vicario con el acompañamiento de presbis, pero sin januquiá 😱😱

Pese a la manifiesta ausencia de la perdida januquiá, la ceremonia fue muy potita, muy potita, y con mucho paseíto de acólitos de un lado a otro en plan: ahora toca mover el tapete de un lado a otro del altar, que no mesa; ahora se pone el libro encima del tapete; ahora se colocan las patenas detrás de las velas; ahora, como hay que partir el pan y detrás de las velas es incómodo y podrías acabar con las mangas prendidas, mejor llevas la patena y su contenido a otro lado del altar. Y así paseíto va, paseíto viene.

Rociado con hisipo. Para ese momento ha aparecido un libro sobre el tapete verde

El caso, es que además de perderse la januquiá justo para la visita del señor vicario, que ya es mala suerte en un año tan providencial como este, sucedió otra cosita rara durante la liturgia eucarística.

Paolo y Giacomo

Asumo que todos sabéis que en Kikónides se asegura que todo lo suyo está aprobado aprobadísimo porque todo es conocido por todos los Papas y Obispos del universo y a todos les parece ma-ra-vi-llo-sa la praxis del CNC. Pues es aparecer por la domus el vicario y en lugar de hacer lo de siempre, tan aprobadísimo y conocidísimo por todos, hacen algo distinto, que fue lo que pasó en la admisio del 13 de mayo, festividad de la Virgen de Fátima.

Padre nuestro. El tapete ha cambiado de sitio, dos panes tras los cirios de mesa

Resulta que llega el momento de la comunión y empieza el reparto de pan para todos, incluso para el chico que se pasa media celebración espatarrao (¿Belleza de los signos? ¿Dignidad de la asamblea? Jamás conseguiré ver la belleza de la moqueta azul eléctrico ni la dignidad de los cruces de brazos y espatarramientos de piernas).

Este pedazo para ti, este otro para ti...

Pero, pero, pero… 

A la izda. reparto de pan; en el centro retirada de caliz del altar; a la derecha, en espatarrao con las manitas en cruz

Resulta que mientras uno de los que acolitan todavía está con el reparto de pan a los que aporrean instrum… digo, a los salmistas, otro de ellos se acerca al altar y ¡lleva el cáliz al presidente! ¡Cuando la asamblea aún no ha comulgado el pan!

Todos a tapar al presidente, que bebe del caliz que ya no está en el altar. La asamblea aún con en pan en las manos

Pues claro, porque en la Iglesia, la Católica, el presidente siempre comulga ANTES que la asamblea. Y parece que, cuando alguien de fuera mira, hay quien opta por simular y disimular para parecer un poco más católico.

Una vez que el presidente ha bebido, el acólito pasa el caliz al siguiente presbi. Los demás con el pan en las manitas

Lo mejor es que una vez que el presidente ha comulgado, tanto del pan como del vino, el acólito copero… Sí, se acerca a dar de la misma copa chupada al siguiente presbi.

En ese momento, la cámara cambia de plano. Pero no lo bastante rápido. Así que auguro que el vídeo pronto dejará de estar disponible, pero yo os cuento qué pasa a continuación, porque hay otra cosa que no es como se hace cuando no mira nadie de fuera: Resulta que cuando está presente un señor vicario, no hay bailoteo final, ni dentro de la capilla ni tampoco fuera de ella, sencillamente todos se quedan formalitos junto a su sillita de metacrilato del bueno mientras algunos aporrean instrumentos y demuestran que necesitan clases de canto.

Final de la ceremonia. El "espatarrao" con los brazos bien cruzados, para contribuir a la dignidad de la asamblea

Y salen los presbis y nadie se pone a bailar la sardana

Y para que la cosa sea más extraña todavía, resulta que cuando pasa por allí un señor vicario no hay moniciones a las lecturas, ni al salmo, ni ecos. ¿Por qué será?