Tostón publicitario. Cuaresma 2020 (VIII)

Dios nos ha dado la vida no para estar aquí sólo, porque como dice el talmud aquí estamos en un albergue, ésta es la verdad, estamos en un albergue, no es nuestra casa, nuestra casa está en otro sitio: Cristo ha preparado nuestra casa en el cielo, con Él, porque Él es amor.

Desconozco si el talmud dice lo que Pako dice que dice. Pero me suena que el talmud también dice cositas como que el cielo solo es para los judíos y que todos los demás estamos destinados a la nada o al infierno, así que mejor no hacer caso de cuentos tan necios.

¿Y qué significa amar? El que ama quiere ser uno, como un marido y una mujer, dos en una sola carne: “Padre, yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectamente uno y el mundo crea” (Jn 17,21). Cuando el mundo vea en nosotros que se realiza el misterio divino de la Santísima Trinidad, el mundo se convertirá.

El misterio divino solo puede realizarse en la Iglesia, en el kikismo ni se ha dado ni se dará jamás porque por su propia condición de gueto son lo contrario a la unidad.

Uno en nosotros. Dios, uno, perfectamente uno en nosotros, porque Dios nos ama así. Se hace uno cuando ama. ¿Por qué? Porque no se reserva nada, cuando ama se dona totalmente, totalmente donado a ti, el que te ve a ti, ve a Cristo, porque Cristo está totalmente en ti, totalmente en los hermanos.

La realidad es que se les ve el juicio, la murmuración y el regodeo en los pecados propios y ajenos.

“Sed perfectamente uno y el mundo creerá”. Pero ¿éstas son palabras o es posible que la comunidad se transforme en una perfecta unidad en Cristo? Preguntaos cada uno cómo vivís vuestra unidad con Cristo, vuestra intimidad. ¿Haces algo por Cristo? No sé, uno dirá: para estar unido más a Cristo estoy pensado ir y cuidar a los enfermos, he hablado con las hermanas de Teresa de Calcuta y voy a hacer allí un servicio, hago esto por amor a Cristo, porque lo siento presente en mí.

Pero les diré a las hermanas que el lunes no puedo porque tengo preparación, el martes tengo palabra, el jueves nos juntamos los salmistas, el sábado… Bueno, les diré que los enfermos están enfermos porque diosito lo ha querido para su conversión y que no se afanen tanto y ya está.

¿Qué es lo que te lleva a amar más a Cristo? ¿ser más pobre? ¡Sin duda! la pobreza nos ayuda a ser más humildes, sin duda.

Sin duda no sabe lo que es la humildad. Ni la pobreza ni la belleza ni la inteligencia ni la salud promueven la humildad, porque de la misma forma que lo que viene de fuera no hace impuro (cf. Mc 7,15), tampoco hace humilde.

Ser humilde, sin humildad no hay vida cristiana. Kiko ¿qué es la humildad? La humildad es la verdad, dice Santa Teresa. Hay que preguntarle a Cristo que nos ayude a ser uno con Él, a responder a su amor con nuestra pobreza, con nuestra debilidad.

Habéis oído lo que ha dicho el Papa Bergoglio; ha ido a la cárcel de Rebibbia hace un tiempo. Había unas rejas y en la otra parte estaban los prisioneros. Él estaba a este lado de la reja y dentro están los prisioneros, y él ha dicho: yo debería estar ahí con vosotros. Esto es lo que yo digo tantas veces: ¿quién te crees tú que eres? Deberías estar en la prisión. ¿Cuántas veces os lo he dicho? ¿quién te crees que eres tú? Mira el Papa Bergoglio es muy profundo en este sentido y ha dicho a los encarcelados: Yo debería estar ahí con vosotros.

Desafío a todos a que localicen una referencia donde Francisco diga tal cosa, porque creo que Kiko falsea sus palabras. Y aprovecho para aclarar que estar en la cárcel tampoco dota mágicamente de humildad.

Se siente pecador.

Otra muestra de ignorancia: la cárcel es para delincuentes. Delincuente no es lo mismo que pecador. Meter a un pecador en la cárcel no le libera del pecado. Encarcelar a un delincuente busca evitar que vuelva a delinquir contra la sociedad.

Es importantísimo no considerarse mejor que nadie, dice San Pablo: Considerando a los otros, a los de la comunidad, superiores a ti.

No. Eso es mentira. San Pablo jamás redujo “los otros” a “los de la comunidad”. Los otros son los religiosos de misa de 12, que son superiores a ti con toda tu kikotina en vena.

Es palabra de Dios, considerando a los otros superiores a ti. Esto es una forma de humildad. ¿Verdaderamente tú consideras a los hermanos de tu comunidad, a todos, superiores a ti? ¿son mejores que tú? ¿rezan más que tú? ¿son más humildes que tú? ¿son más pobres que tú? ¿son más generosos que tú? ¿verdaderamente te lo crees? ¿verdaderamente te crees que tu sitio es estar en una prisión? ¿te crees esto? ¿eres consciente de tu maldad, de quién eres profundamente?

Yo sí soy consciente de la maldad de muchos kikotizados. Y soy consciente de la ceguera autoimpuesta de otros muchos.

No, Kiko, yo soy un estúpido, no pienso estas cosas, pienso en pasarlo bien, en divertirme, esas cosas son demasiado profundas. ¡No, son cosas muy importantes! ¡Considérate el último y el peor de todos! dicen los Padres del Desierto.

Verdaderamente, el Señor es buenísimo con vosotros, debéis estar agradecidos en lo profundo de vuestro espíritu al Señor, por cómo os trata, cómo os ama y os pide solo una cosa: ¡Amaos! Mirad, esta palabra tenemos que ponerla por escrito en todas las paredes de tu casa: ¡Amaos, amaos, amaos! Entrando en casa: ¡Amaos! Ésta es una palabra fantástica, y dice más: ¡como yo os he amado!

Ánimo, hermanos, alegría, que Cristo ha resucitado. En esta Cuaresma tenemos todos que prepararnos a vivir estos misterios de verdad, a no descuidarlos, a no vivir de cualquier manera, porque Dios te podría decir: Si no valoras lo que he preparado para ti, es mejor que lo dejes. Deja tu sitio a otro hermano que me va a agradecer mayormente lo que he hecho con él en Jesucristo, mi Hijo amado, que te quiere tanto.

No da una a derechas. Nadie más puede ocupar tu sitio en el plan de Dios, tú eres tú desde antes de la creación y no puedes ser sustituido por otro, no eres un cromo que se pueda cambiar, eres hijo de Dios. No dejes que el kikismo te lo arrebate.