Mamotretos varios

viernes, 21 de diciembre de 2018

Control mental. ¿Algo que ver con el Camino Neocatecumenal? (XIV)


Hacer preguntas: la clave para protegerse a uno mismo de las sectas destructivas

Dado que a los miembros les han entrenado para evitar los pensamientos negativos sobre el grupo, las respuestas serán con frecuencia poco concretas.

Entre las tácticas más comunes de los reclutadores figuran el uso de generalidades indecisas, observaciones evasivas e intentos de cambiar de tema. Generalizaciones vagas como: «Tratarnos de ayudar a la gente a superar sus problemas», o «Es sólo una reunión para estudiar juntos la Palabra de Dios» deben despertar sus sospechas. Los comentarios evasivos del tipo: «Comprendo que se muestre escéptico; yo también lo fui hasta que conseguí la comprensión», o «Ahora no puedes entenderlo, lo entenderás más tarde», también deben ponerle sobre aviso.
Otra técnica habitual entre los reclutados es cambiar de tema. Cuando, por ejemplo, usted pregunta si el líder de la secta vive del cuento, le pueden soltar un larguisimo monólogo acerca de las persecuciones que han sufrido todos los grandes líderes religiosos del mundo.
Pueden charlatanear acerca de que a Jesús se le acusó de vinculación con las prostitutas, etc. No entre en el juego y no se deje llevar a un debate sobre Jesús; a usted lo que le interesa es una respuesta concreta sobre el líder del grupo. Si el reclutador no le contesta de forma clara, concisa y directa, puede estar seguro de que algo falta en su respuesta. Existe además una réplica que ningún reclutador es capaz de contradecir: puede usted dejar de escucharle y marcharse con toda tranquilidad.
Sobre todo, no olvide que la gran ventaja que tiene sobre el reclutador es la posibilidad de formularle preguntas directas y profundas. Las que incluyo a continuación han demostrado ser de las más efectivas:

¿Cuánto tiempo hace que usted (el reclutador) se dedica a esto? ¿Intenta reclutarme para alguna organización?
A mí me gusta saber de inmediato con quién trato. Una persona que no lleve más de un año en una secta destructiva es por lo general bastante inexperta. Es menos probable que mienta, y sus mentiras no resultan tan convincentes como las de un reclutador más experimentado. Si la persona en cuestión está comprometida desde hace muchos años, espero que dé respuestas concretas a todas mis preguntas, y si no es así le espetaré algo como:
«¡Vaya! ¡Es usted un adepto desde hace X años y no sabe la respuesta!».

¿Puede usted decirme los nombres de todas las organizaciones que dependen de este grupo?
Lo que se pretende descubrir con esto es el nombre de los grupos que sirven de pantalla.
Incluso aunque su interlocutor le diga que no existen otros nombres, en algún momento puede usted descubrir que miente. Es su oportunidad para montar en cólera y marcharse.

¿Quién es el líder supremo? ¿Cuáles son sus orígenes y cualificaciones? ¿Tiene antecedentes delictivos por alguna causa?

¿Cuál es la creencia del grupo? ¿Creen que el fin justifica los medios? ¿Se permite el engaño en ciertos casos?
A la mayor parte de los reclutadores no les gusta dar explicaciones acerca de sus creencias. Están entrenados para despertar su curiosidad y llevarle a oír una conferencia o a participar en un encuentro. Saben que dispondrán de una mejor oportunidad de influirle si le llevan a su propio ambiente. Si el reclutador no está dispuesto a resumir en ese mismo instante los puntos clave de las creencias del grupo, puede estar seguro de que le oculta algo.
Desde luego, él puede argumentar que tiene miedo de que usted haga una interpretación errónea basada en una breve descripción. De todos modos, insista.
Si más tarde descubre que el resumen es una grosera distorsión plagada de inexactitudes, tiene todo el derecho a enfadarse e irse. Los miembros de la secta intentarán seguramente convencerle de que se han visto obligados a mentirle porque la prensa y la televisión le han lavado a usted el cerebro y le han predispuesto contra ellos, por lo que nunca les hubiera escuchado si le decían la verdad.
No pase por alto esta racionalización de que «el fin justifica los medios». Ninguna organización legítima necesita mentir para ayudar a la gente.

¿Qué se espera que hagan los miembros después de afiliarse? ¿Tengo que abandonar la universidad o el trabajo, donar mi dinero y propiedades, o apartarme de familiares y amigos que se opongan a mi adhesión?
Si la persona que le aborda es reclutador de una secta destructiva, le dirá que no tendrá que hacer prácticamente nada después de su ingreso. Sin embargo, esta pregunta consigue que la mayor parte de los adeptos se muestren muy incómodos y a la defensiva. Observe con atención las reacciones no verbales del reclutador mientras le plantea esta cuestión. Pregúntele qué hacía él antes de unirse al grupo y qué hace ahora.

¿Existen controversias acerca del grupo? Si la gente formula críticas, ¿cuáles son las principales objeciones?
Esta pregunta sirve para determinar cuánto sabe la persona o cuánto está dispuesta a discutir. Si formula la pregunta con toda cortesía y acompañada de una sonrisa, se sorprenderá de las muchas veces que le contestarán: «Bueno, hay quien opina que somos una secta y que nos han lavado el cerebro. ¿No le parece ridículo? ¿Tengo yo pinta de que me hayan lavado el cerebro?». A este, último punto, suelo responder: «¿Qué pinta tienen las personas a quienes les han lavado el cerebro?». Por lo general, compruebo que mi interlocutor se siente muy incómodo, y si continúo insistiendo busca una excusa para marcharse.

¿Cuál es su opinión sobre los ex miembros de su grupo? ¿Se ha sentado alguna vez a hablar con un ex miembro para averiguar por qué abandonó el grupo? Si no es así, ¿por qué no lo ha hecho? ¿Impone su grupo restricciones a la comunicación con antiguos miembros?
Esta serie de preguntas es una de las más reveladoras que se pueden formular a un adepto.
Pese a que algún reclutador experto pueda responder: «Algunos de mis mejores amigos se han marchado», acabará por descubrir que le ha mentido. Cuando me dan una respuesta parecida, a mi vez les pregunto: «¿Cuáles son los motivos concretos que motivaron su marcha?», y «¿Le han dicho si son más felices ahora que antes de abandonar la secta?». Una vez más, el reclutador no sabrá qué responder.

Dígame las tres cosas que menos le gustan del grupo y de su líder
Si tiene la oportunidad de coger desprevenido al adepto y le formula esta pregunta, le sugiero que observe con cuidado la expresión de su cara. Se quedará atónito. Cuando por fin responda, probablemente dirá que no puede pensar en algo que no le guste. Los miembros de una secta, por lo general, dan esta respuesta con ligeras variantes, porque no están autorizados a formular críticas.
La pregunta definitiva es si la persona ha tenido tiempo o no para hablar con antiguos adeptos y leer informaciones críticas a fin de efectuar su propia valoración.

Si usted ha formulado todas estas preguntas y está razonablemente convencido de que la persona con la que habla es sincera, y está interesado en saber más del grupo, le recomiendo que haga aún varias cosas. Puede plantear las mismas preguntas a otros miembros del grupo y ver si coinciden las respuestas. Si hay grandes diferencias, puede intentar enfrentarlos a este hecho y observar cómo reaccionan.

Si no consigue más información sobre el grupo, y todavía está interesado, asista a una reunión con un amigo de confianza. De esta manera, tendrá a alguien con quien poder discutir todo lo que vea y oiga. Las sectas destructivas, por norma, intentarán siempre encontrar algún modo de separarle de su amigo. Algunos grupos piden a los participantes que se emparejen con personas a quienes no conocen. No permita que nadie les separe. Insista en permanecer junto a su amigo. Si le presionan, o si tiene que enfrentarse con los líderes del grupo, márchese.

Si se ve inmerso en una sesión de adoctrinamiento, póngase de pie y anuncie que no le agrada que le manipulen y controlen. Cuanto más alto hable, más rápido le expulsarán de la habitación. ¿Quién sabe? Tal vez otras personas aprovechen la oportunidad para marcharse con usted.

Ponerse uno mismo en una situación peligrosa no vale la pena.

13 comentarios:

  1. Hará un mes que oí a un seminarista de un seminario RM que lo que pasa en el CNC debe quedarse en el CNC. Lo de la transparencia se ve que debe quedarse para los "religiosos naturales", los agnósticos y los ateos

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    1. Oh! What happens in Vegas, stays in Vegas!

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    2. No es totalmente logico que lo que se entere en su cominidad no lo pueda contar a los cautro vientos. Si Vd. me dice que no puede decir el numero de seminaristas, quien es del Camino, en que cree el Camino, en que parroquias esta, etc. todo esto es publico.

      Si lo que quiere uno es que le quieran conociendole tal como es, contara cosas que no pueden ser publicas, o no?

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    3. Eladio, en vez de decir pendejadas ya deberías estar buscándote otra secta que se acomode a tu status quo, ¿no crees? Ya decidiste que no vas a pasar los segundos escruticidios, ya te salista de opus. ¿Qué sigue para ti? Los testículos de jodá? La dianéctica? La cienciología? Ya lárgate a joder a otro lado, descerebrado imbécil de mierda.

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    4. No he dicho que me sali del Opus, no es cierto, salvo que te refieras a que acabe el instituto y no fue a la universidad de Navarra.

      Tu ultima frase es una muestra clara de tu tolerancia, tus potentes argumentos, y tu cerebro privilegiado.

      Con los Testiculos de Satanas tengo una relacion muy especial, intente dialogar con ellos y empezaron a acosarme en las redes sociales, ahora me dedico a intentar sacar a la gente de esa secta destructiva.

      Oye, @Gloria, se puede insultar de esta manera? A mi me has borrado comentarios por mucho menos.

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    5. Eso es como tú lo ves, Eladio. A lo del mucho menos me refiero. Para mí es peor tergiversar, falsear y emplear falacias que la sinceridad malsonante.

      Pese a lo cual, la respuesta es no. No cualquiera puede hacer lo que hace Rodrigo, su estilo es único e inimitable y es como es. Y de lo que él escribe se responsabiliza él, como de lo que yo escribo me responsabilizo yo. Y nadie más.

      No me pidas a mí cuentas por Rodrigo ni por nadie salvo por mí misma.

      Otra cosa te digo: hay quien no pasa por la moderación de comentarios. La moderación es necesaria porque hay mucho trol neocatecumenal y neo tonto integral suelto. Rodrigo publica lo que quiere porque puede.

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    6. En resumen, que se me puede insultar impunemente porque le gusta como piensa Rodrigo.

      Buen eufemimo llamar hijo de p a una persona como sinceridad malsonante.

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    7. Ni te imaginas, eladio, lo mucho que te aprecia Rodrigo. Mira, te pongo por ejemplo una sencilla manía que tienen mis pocos amigos, que suelen coincidir en llamarme kabronazo.
      ¿Y qué decirte de aquellos que a lomos de sus mini kaballlos de hierro, sacan las manos por la ventanilla aún a riesgo de sus propias vidas, para decirme: "hijo de puta"? Sinceramente, me suele suceder que sonrío para mis adentros, e incluso para las afueras, porque casi siempre fueron ellos mismos los que erraron de algún modo ¿Sabes qué? Me entristezco cuando, resulta que fui yo el que cometió el error. Y eso que reconozco como no imputable dicha acción, a mi santa madre.

      ¿Qué lugar te tokó? ¡Gran necio!

      ¿ Sonríes al leer, o te sonrojas?

      Anda, ve y dale la brasa a tu komu, y a tus katekumenitos, so katepollas.

      -sepul-

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  2. A mí, como persona educada y correcta, me molesta el lenguaje soez y barriobajero de Rodrigo. Dice Gloria que es inimitable. Por fortuna es así, porque una sociedad compuesta de malhablados como él terminaría muy mal.

    No obstante, me alegro de cada mensaje que exuda Rodrigo, porque es una invitación a no volver por aquí a cualquier persona sensata y ecuanime que cometa el error de dejarse caer por este lunfardo.

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    1. Pues a mí, como persona educada y correcta, me molesta el lenguaje engañoso y manipulador de Kiko.

      No obstante, cada vez que Kiko habre la boca es una invitación a no volver por la comunidad a cualquier persona sensata y ecuanime (sic) que cometa el error de dejarse caer por ese lunfardo (palabra barriobajera ajena a mi vocabulario) que es el cn.

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    2. Pues yo tú educación y tu corrección me las paso por donde nunca me da el sol. Y qué bueno que después de mis arranwues decidas no volver mas por aquí. Verás, hijo de perra, desde el año 2013 que comento en esta página no he sido baneado por una sencilla razón, y es porque no tengo dos caras como ustedes neocones hijos de puta. Con la misma jeta con la que digo mis “barriobajezas” te meto un puñetazo en el hocico con VERDADES. Por eso soy tolerado aquí. Seré una mierda de persona bajo los estándares de tu puta secta de mierda, pero en el día del juicio, desde el infierno te voy a estar esperando a tí y a toda la ralea de mierdas, muy educaditos, eso si. Hipócrates hijos de puta, tu, eladio y todos los ultra católicos filactélicos. Chinguen a su reputa madre diez mil veces, culeros.

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    3. El que insulta as no es que de muchas muestras de verdad, sino de impotencia, de mala educación, de agresividad, e incluso diría que se buscara un buen especialista.

      Me quedo con que los que tienen una opinión pueden decir lo que quieran a los que tienen otra. Digamos más bien bando, porque las opiniones son un espectro muy amplio. Si eres del Camino puedes ser amenazado e injuriado.

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    4. Eladio, deja de "rascarte las bestiduras", ¿quieres? Queda bastante patético.

      Si no hubieses visto nunca en este mismo blog injurias como puños contra aquellos que se limitan a decir que el cnc es un pozo de podredumbre, tal vez colase. Pero hacerse la pobre victimita cuanto te da igual lo que has visto escrito contra tus amadísimos hermanos, es hipócrita. Porque lo que demuestra este blog es que si eres de camino te crees con derecho a amenazar con la destrucción y la condenación y a injuriar a quien te dé la gana.

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Antes de comentar, recuerda que tú eres el último y el peor de todos, y que el otro es Cristo.