Kikomitin. Pascua 2018 (y IX)

«Dijo un cardenal una vez: «Yo jamás invitaré a Kiko a un Sínodo porque no se debe permitir que un laico tenga más de cien seminarios», como si fueran míos los seminarios; este cardenal debe tener una gran confusión, porque muchos piensan que los seminarios son míos y que todos los curas obedecen a Kiko y a nadie más, ni siquiera al obispo [Luego vienen por aquí contando batallitas de que todos los Papas y todos los cardenales y todos los obispos están rendidos a los pies de Kiko, que pone y quita párrocos a su antojo, pero la realidad es otra. Y muchos ven que de los RM sólo salen presbis mal formados que parecen fotocopias de un tal Kiko]. Muchos están convencidos de esto. ¡Vete tú a sacarles de ese error y de ese prejuicio que tienen tantísimos! Pues han dicho que eso no se debe tolerar en la Iglesia. Bueno, no sé qué piensan hacer.

Cuatro gatos en la vigilia sevillana

Bueno, ya nos han denunciado. Porque decían que la Eucaristía que hacemos nosotros el sábado en pequeña comunidad no está según la Tradición y que tendríamos que ir a la Misa del Domingo con toda la parroquia. Y como en el Estatuto aprobado por la Santa Sede dice que el Camino Neocatecumenal celebra la Eucaristía en las Vísperas del Domingo, el sábado por la noche, y esto está escrito, entonces era una acusación que acusaba indirectamente al Papa que lo había aprobado.»

Es curioso que cuando conviene son cinco dicasterios con todo su personal quien ha aprobado personalmente el estatuto y cuando conviene ha sido un único Papa y nadie más… Y más curioso todavía que el mismísimo Papa que aprobó en solitario el aprobadísimo estatuto es el que les ordenó atenerse fielmente a los libros litúrgicos, y también que las comunidades que acabasen el Camino, tan adultas ellas, se sumasen a la vida parroquial. Y lo ordenó precisamente porque si ya habían acabado el itinerario formativo, ya no tenía sentido mantener los andamios del neokikomenado.

«Y ya sabéis lo que pasó, que la Virgen nos salvó; y lo hizo con este Papa.»

Faltaba hacer uso fraudulento de la Madre de Dios. Pues ya lo hizo, acusándola falsamente de sostener los errores del Camino.

Cuatro gatos en San Juan de la Luz

«Y fijaros qué cosa tan grande que después de haber hecho este análisis sobre el Camino y su liturgia [lo repetiré una vez más: la liturgia de la Iglesia es UNA SOLA. Para tener otra churro-liturgia, porque no sería la liturgia, hay que estar fuera de la Iglesia], nos llama el Prefecto y nos da una sentencia. Yo le dije: «¡Bueno, esto es la destrucción del Camino, pues ya no podrán nunca más celebrar la Misa por comunidades, sino que se debe hacer en altar consagrado y en la iglesia!». Pues sabéis lo que pasó. En esta situación que estábamos consternados, yo decía: «¡Solo nos puede salvar que el Papa se muera y venga el próximo Papa y sea más favorable!» [¡La desobediencia y la descomunión con el Papa que no falten!], digamos así. Bueno, no se murió, pero dimitió.

Y después de que el Prefecto nos da la sentencia al P. Mario y a mí llamo por teléfono —cuando el Papa ya había dimitido, estaba la sede vacante–– al cardenal Prefecto. Y le digo: «Padre, ¿la sentencia es operativa?». Y me dice: «No, no, no es operativa. Tráigala usted aquí, devuélvala usted a la Congregación que le daremos otra». Bueno, después nos llamaron y nos dieron una sentencia que era peor todavía. A mí ni me miraban porque algunos en la Santa Sede deben tener un concepto de mí terrible, no me miraban siquiera. Y decía el P. Mario: «¿Y esto va a quedar en el “Acta Apostolicae Sedis”?».

Cuatro gatos en México

Pues en esta situación nos llama el Secretario de Estado y, cuando llegamos, nos dice: «El papa Francisco ha decidido que esta sentencia no sea operativa.

Pero fijaros si es bueno el Papa Francisco: nos recibe en audiencia privada y me dice: «Kiko, vamos a ver: en todos esos puntos que te han enviado en esa sentencia (que no podíamos celebrar más que en el altar consagrado y toda una cantidad de cosas tremendas, todas muy graves y difíciles), ¿has encontrado algún punto que puedas obedecer?». Y le digo: «No, ninguno» [¡Qué casualidad! Igualito que el demonio, que no puede obedecer, nunca]. «Pues te voy a decir una cosa: lo que tú decidas yo te apoyo, te doy carta blanca». ¡Podéis dar un aplauso! Eso es verdad, aquí está de testigo el P. Mario. «Yo te prometo que lo que tú decidas para el Camino Neocatecumenal yo te lo apruebo, lo que tú decidas». Fíjate el concepto que tiene el Papa Francisco de mí y del Camino. Y me lo dijo delante del P. Mario: «¡Te doy carta blanca!».

Tengo bastante claro el concepto: ¡Atente al aprobadísimo estatuto y deja de dar la lata! Lo demás son cuentos kikos. De hecho, a cuanto obispo le da por prohibir el CNC, lo mantiene en el cargo.

Cuatro monos (tridentinos) en Viena

Bien hermanos, yo he acabado ya. Espero que alguna palabra os haya llegado en este ministerio catequético que Dios nos ha encargado hacer con vosotros.

También os tengo que decir ––y aquí os enseño el cartel–– que haremos la sinfonía El Sufrimiento de los Inocentes en Soria. ¡Anda su padre, en Soria! Pero bueno, pues muy bien. Se empeñó el obispo, con las monjas Clarisas, que la hiciéramos en homenaje a Carmen, que es de Soria [Sí, seguro que ha sido el obispo el que se ha empeñado, porque como la charanga chicharrosa esa tiene taaaaanto que ver con la soriana Carmen]. La haremos en la Concatedral de S. Pedro, en Soria, el 27 de mayo presidida por el obispo Mons. Abilio Martínez. Si alguno queréis ir a Soria a escuchar la sinfonía, pues vais a Soria, que está a dos horas de Madrid. Os dais un viajecito por toda Castilla y veis la catedral. Como la Concatedral tiene bastante espacio y cabe mucha gente, no obstante, van a poner varias pantallas. Por ejemplo, el claustro, que es un claustro románico, grande, muy bonito, pondrán una pantalla y unas cuatrocientas sillas en el claustro; fuera, en otra zona, van a poner también pantallas para que podáis seguir esta celebración sinfónicocatequética El Sufrimiento de los Inocentes. Bueno, Carmen, por amor a ti hago esto, pero no tengo ni ganas ni fuerzas de ir a Soria [Pobrecito, cómo sufre, siempre haciendo lo que le apetece, siempre buscándose a sí mismo]. ¡Figúrate! ¡No he ido a Soria en mi vida! Bueno, pues así conozco Soria. ¿Hay alguno de Soria por aquí? Carmen era de Soria.

El resto son más aburridas exhortaciones a no dejar de ir al jolgorio de Roma. Así que aquí acaba el mitin en el que sólo se ha predicado al CNC, como de costumbre.