Sepultura de Carmen Hernández

Viernes, 2/09/2016
 
se dio cristiana sepultura
al cuerpo sin vida
de Carmen Hernandez
en un mausoleo preparado
en el Seminario R. M. de Madrid. –no les han dejado hacer el momiódromo proyectado en Santa Catalina Labouré y ha habido que improvisar en otro sitio-

El acto fue breve y sencillo,
pero también denso
y cargado de emoción.
Lo presidió el Arzobispo
y asistimos los itinerantes, responsables y hermanos de las comunidades que llevaban
Kiko y Carmen.
Estaban presentes también
sus hermanos y sobrinas –los menos importantes, al final. Y curiosamente no hay ni una foto de estos parientes-
 

Desde finales de Junio hasta ahora,
su cuerpo ha permanecido
en la cámara de un tanatorio.
En este intervalo,
Kiko con los arquitectos del Camino –Kiko no ha movido un dedo, pero si no figura se emberrincha-
han levantado un panteón
hecho mármol y cristal, -sic-
todo inundado de luz,
como a ella le gustaba.
Como podrán observar por la foto, es sumamente bello –hay que agradecer que no tiene kikonos fúnebres, ni la cruz kikil con el “muñekito”-.
 

La liturgia comenzó
con un canto de entrada
y una monición de Kiko:
En ella leyó un poema
de un libro que acaba de publicar en la BAC,
donde elogia la misión de Carmen:
"la mujer que nunca le aduló" –es que la cosa está muy mal y hay que aprovechar para rascar de donde se pueda-.
Terminó subrayando lo que tantas veces Carmen le repetía: "En Roma todos dicen que tú eres un santo porque tienes que aguantarme a mi". –otro sic-
Sólo por esto, concluyó Kiko,
se puede iniciar
su proceso de Beatificación
Carmen ha practicado
la virtud del rechazo
en grado heroico. -parece toman a los catecúmenos por sandios, en vista de lo cual les deleita con sandeces varias-
 

A continuación, el P. Mario leyó
una experiencia mística
que Carmen tuvo en los inicios
de su vocación religiosa. -¿la soltería es una vocación religiosa?-
Algo parecido a la transverberación
de Santa Teresa.
A lo largo de un mes,
Carmen de joven vivió
en estado de beatitud,
como Pablo en el tercer cielo –esto no hace falta que lo certifique el Vaticano, si lo ha dispuesto Mario y lo corean los amigos de las sandeces, sobran los certificados vaticanos-.
Esta visión sobrenatural
del Cielo y de Cristo
fraguó su alma
y le dio la fuerza necesaria
para vivir 50 años
"sola con el Solo". -¿no era que durante todo ese tiempo estaba con Kiko, haciendo que la aguantase para que en el Vaticano le tomasen, falsamente, por santo?-
 

Se proclamaron dos lecturas.
La primera de Corintios: "no todos moriremos, pero todos seremos transformados".
La segunda,
la Transfiguración,
su texto predilecto.
En la homilía,
el Arzobispo resaltó
la figura de Carmen
como la Mujer que supo vivir en la Verdad: -sic. Sobran las mayúsculas, salvo para los idólatras-
fiel a Dios,
fiel al Evangelio,
fiel a la Iglesia, -¿cómo se puede ser fiel a lo que ni se pisa ni se acepta tal y como es?-
fiel a sí misma.
 

Finalmente, se procedió
al traslado del féretro
al nuevo Panteón.
Llevada a hombros
por los seminaristas,
se procedió a la liturgia exequial.
Kiko hizo las peticiones oficiales
y mientras bajaban sus restos,
todos los presentes
con un solo corazón
cantamos el Credo. –como en el funeral, cantan el Credo a Carmen, a saber por qué-
 

El Arzobispo bendijo, aspergió e incensó
la tumba y el féretro.
Finalmente,
mientras los marmolistas
sellaban la tumba
cantamos Carmen 63.
 

Terminada la ceremonia,
pasamos en riguroso silencio,
al interior donde de rodillas
veneramos su sepulcro –un cristiano no venera imágenes ni sepulcros, pero un kikiano…-
y elevamos una oración por su alma.
 

El sábado, celebraremos juntos la Eucaristía.
Será un canto
a la Muerte
y Resurrección
no sólo de Cristo
sino también de Carmen, -equiparar a Carmen con Cristo es un dislate que sólo se le podría ocurrir a un kikotizado-
verdadera Sierva de Dios.
 
Desde Madrid,
que Dios les bendiga.
P. Alonso -¡Qué Dios le cure la adición a la kikotina!-