Convivencia de inicio de camino (XXVIII)

Educada en el cumplimiento de no levantarse de la silla

«Estos grupos, digo, parten del supuesto de que somos cristianos y debemos participar políticamente. Nosotros decimos que cuando uno tiene que comprometerse es porque no es cristiano. Si no eres cristiano es inútil que te pongas a hacer planes con tu razón y a proponer hacer esto o aquello. Si no somos cristianos, hagámonos cristianos».

Oído cocina, nada de comprometerse a hacer el trípode ni a nada, que el compromiso no es cristiano.

«¿Qué debo hacer para ser cristiano? Ir a la iglesia (minúscula en el original) y pedir la fe: debemos hacer un catecumenado. Esto es lo que hacemos. Y a Jesucristo no le encontrarás en otro sitio más que en la Iglesia, y en esta Iglesia precisamente. Si hoy los grupos no saben que significa ser cristiano, es porque no lo son.

Este camino es más serio de lo que te puedas imaginar. ¡Venga compromiso y compromiso! Compromiso serio es que te dejes matar por tu esposa, por el párroco, que es un desgraciado; entonces dices: ¿será egoísta?... Que se deje de grupillos y se ponga a hacer algo. Todos queremos lavar los pecados de otros.

No hemos comprendido que Jesucristo se hizo pecado por nosotros. Esto significa no haber comprendido el Siervo de Jahvé. El Siervo de Yahvé es Jesucristo, que no se ha lavado las manos ante los pecados de los hombres, sino que los ha asumido en su propio cuerpo, muriendo en nuestro lugar, siendo condenado por la ley como asesino, Él, el justo, como un blasfemo, canalla y traidor. Sobre Él cayeron todas nuestras maldiciones. Y en la cruz no dijo: "¿por qué me matas? ¡Cometes una injusticia conmigo!" Se quedó callado y aceptó ser tomado por un pecador dejándose matar.

¿Es esta nuestra actitud? ¿qué clase de cristianos somos nosotros? Decimos: ¿pecador yo? ¡Eso lo serás tú! De tu pecado yo no sé nada y me lavo las manos. El cristiano, sin embargo, se mancha las manos con con el pecado de los demás, con el pecado de la esposa, con el pecado de las estructuras, porque ama a los hombres y les entiende. Nosotros no; somos muy puritanos: los pecadores que se queden bien lejos».

Que se queden en su misa de 12, que en la comunidad no queremos ni verles.

Super-raza de mega-multíparas

«Tenemos que estar muy atentos. Los nazis eran muy puritanos y perfectos. Ellos llevaban vida monacal en cuanto a la austeridad. Eran la super-raza, sin ningún defecto. Pero claro: había que suprimir a todos los tarados o defectuoso. Murieron como héroes para su país y para el führer. Ellos eran superhombres. Esto es el nietzschianismo. En este régimen no hay lugar para el pecado. Por esto hay que construir campos de concentración y cámaras de gas. No se querían contaminar con gitanos y judíos. Eran puros. El cristianismo es todo lo contrario. Partimos de nuestra profunda realidad de que somos pecadores, comprendemos a los demás sin juzgarlos. Nosotros hacemos lo contrario: ¿yo burgués? ¡Lo serán los demás!

Es curioso ver a Jesucristo en casa de Zaqueo. Zaqueo era un burgués que oprimía al pueblo; siendo hebreo traicionó a su patria por el poder de Roma, los opresores, se enriqueció a costa de su pueblo. Era traidor a su religión porque tenía contacto con los gentiles, que eran inmundos. Era un ladrón y tenía de todo. Todo el pueblo lo odiaba (y cuando el pueblo odia generalmente tiene razón). Pues Jesús visitará y comerá con este "modelo de virtud". No le juzga, porque también él es hijo de Abraham».

No así los kikines que ni visitan ni comen ni se juntan con los despreciados religiosos naturales.

«VIDA CRISTIANA - CATECUMENADO – PRECATECUMENADO

¿A dónde vamos? ¿Qué queremos?

María es imagen de la Iglesia. La imagen que se debe cumplir en estas dos parroquias de María Auxiliadora y San Isidoro. María es una mujer que recibe a un enviado, un mensajero de Dios, que le lleva una buena noticia.

El humilde ángel se inclina ante un simple Papa

Esta es la Anunciación, vemos el paralelismo con nosotros: Dios ha enviado a un mensajero, un ángel (un poco feo y barbudo...). Ángel en la Iglesia primitiva no significa sólo un ser alado e incorpóreo, sino también el apóstol, el enviado, el mensajero. Por ello, el apocalipsis llama ángeles a los obispos de las Iglesias. Incluso los apóstoles eran ángeles itinerantes que predicaban la Buena Nueva.

El ángel anunció a María la buena noticia. ¿Cuál? La misma que os hemos anunciado a vosotros: Alégrate María, porque Dios te ha elegido para que de ti nazca el Mesías, el Emmanuel, el Príncipe de la Paz, a quien pondrás por nombre Jesús (Yahvé salva). Maria dice: ¿cómo es posible que en mí nazca el Mesías si no conozco varón? El ángel le responde: esto lo hará en ti el Espíritu Santo. Entonces María dice: hágase en mí según tu palabra: aquí está la esclava del Señor. Es decir: Yo creo que el Espíritu Santo puede hacer que  de mí nazca un niño, sin que yo conozca varón. Por haber creído, el Espíritu Santo desciende y María queda fecundada y comienza a llevar en su seno al Salvador.
Esta misma noticia, nosotros os la hemos traído a vosotros».

Otra vez trivializa la misión de María que es tal que nunca ha habido ni habrá otra igual.

¡Qué te alegres, leñe!

«Os hemos dicho alegraos, porque habéis sido elegidos. Dios ha querido complacerse en vosotros; os anunciamos una buena noticia: la vida eterna viene a vosotros, en vosotros nacerá una nueva criatura, un nuevo ser del cual, esta mañana, en el sermón de la montaña, hemos visto la fotografía: un hombre que no juzga, que no se resiste al mal, que es paciente, que excusa todo, etc. He hablado con muchos párrocos de toda Barcelona y sólo estos dos han querido que viniese a hablar a sus parroquias. Y en las Misas me ha escuchado mucha gente, pero sólo vosotros habéis venido».

¿Mucha gente en las Misas? ¿No decían que las Iglesias estaban vacías y que ya nadie iba a Misa? Pero lo que dice a continuación de María, a la que compara con un vicioso, es aún peor:

«Dios ha pensado en vosotros. Vosotros, al escuchar el anuncio, habéis hecho como María: ¿cómo es posible que yo, que soy un egoísta y un vicioso y me paso la vida juzgando todo llegue a no juzgar, a no mirar con deseo a las mujeres por la calle? ¡Tengo que cambiar muchísimo....! ¡Es imposible! Y os hemos respondido lo mismo que el ángel a María: esta nueva criatura no será la obra de vuestros puños y de vuestro esfuerzo: será obra del Espíritu Santo. Así que todos los que estáis aquí, que habéis creído que Dios es poderoso para cambiar vuestro corazón estéril de buenas obras por un corazón de carne capaz de dar vida por el enemigo, habéis sido llenos del Espíritu Santo, que ha descendido sobre vosotros y ha comenzado a gestar en vosotros una nueva criatura. Por esto los padres llaman a la Palabra el esperma del Espíritu Santo, porque tiene el poder de hacer germinar en votroso una nueva criatura.
La Anunciación a María es para vosotros el kerigma que os hemos proclamado, y que ha hecho que quien lo escucha sea fecundado por el Espíritu Santo». 

¡Cómo no darse cuenta de que la cháchara tantas veces incoherente y tantas otras errónea del gurú de Palomeras es similar, por su poder, a la Anunciación! ¡"Amos" anda, más quisiera!

«María tiene un período de gestación en el que Jesús crece en su seno. Al principio el niño no se nota nada, pero luego comienza a dar patadas, y al final quiere salir. También vosotros necesitáis un período de gestación, que es el catecumenado, un tiempo para que este germen que habéis recibido crezca y se desarrolle hasta salir Jesucristo adulto. Durante este tiempo tendréis que dar signos de que este niño está en vosotros, porque al final del catecumenado a esta nueva criatura se le da a luz y ¿cómo podría haber parto sin bebé?

María da a luz a Jesús: es el nacimiento. En vosotros el nacimiento de esta nueva criatura, el dar a luz es el Bautismo. Porque para poder impartir el Bautismo debes dar signos de que dentro de ti está Jesucristo. Si no es así, lo que tienes es un embarazo histérico, porque dentro no tienes nada. No se puede bautizar a nadie que no haga actos de vida eterna, que demuestren que Jesús vive en él.

La gestación de Jesús en vosotros tiene lugar en el seno de la Iglesia. La pila bautismal era considerada como el seno donde se daba a luz a los hijos de Dios Esto es muy importante: no existe catecumenado más que dentro de la Iglesia.

El bebé dentro de la madre está dentro de una bolsa de agua: el agua bautismal es símbolo del seno de la Iglesia que gesta a los cristianos a la fe.

No pedir milagros a nonatos ni a kikos, no están capacitados

Y otra cosa: a un niño que está dentro, la madre no le puede pedir nada, le da todo: tiene un cordón umbilical a través del cual recibe todo de su madre. Con un catecúmeno sucede lo mismo: recibe todo de la Iglesia, quien le enseña a rezar, le da la Palabra de Dios, le impone las manos, le exorciza etc. No se le piden milagros.

Cuando Jesús nace, nace pequeño y necesita una familia donde crecer en sabiduría y gracia, como dice el Evangelio: es la familia de Nazaret. Lo mismo con vosotros: un recién bautizado es un bebé que necesita recibir muchas cosas. Después del bautismo no se puede salir de allí y dar ‘cristazos’ a la gente. Por esta razón S. Pablo dice a los Gálatas que todavía necesitan la leche como los niños pequeños, porque acaban de recibir el Bautismo y tienen necesidad de confianza y otras cosas. Es decir, que después del Bautismo pasará un tiempo de neofiliación. ¿Sabéis cómo será la comunidad después del Bautismo? Como la familia de Nazaret, que vive en sencillez, con normalidad. María no tenía agua en la casa e iba a buscarla a la fuente; hacía las tareas domésticas; una vez a la semana iba al mercado. José hacía sillas y arados, trabajaba como carpintero en la aldea. Vivían en sencillez sin hacer cosas extraordinarias. Así viviréis después del Bautismo. Porque el recién bautizado es torpe e impulsivo, vive mucho de sentimientos y está lleno de vida y entusiasmo, entonces se necesita un periodo de maduración viviendo en silencio, en humildad.

Este camino es una kénosis, un descendimiento y nadie puede pasar por la puerta del Reino si no se hace pequeño, si no ha descubierto que todo es gracia de Dios, don gratuito. Quién no ha descubierto su verdadera pobreza del hombre pecador no descubrirá que Dios es el que de la muerte y del pecado saca la vida y una nueva criatura. María y José son muy conscientes de que este bebé no es resultado de sus esfuerzos, que no les pertenecen por sus méritos y viven en alabanza porque Dios está en medio de ellos, porque este bebé es el hijo de Dios.

Pero ¿cuál es la misión de la familia de Nazaret? Asegurarse de que este niño crezca para llevar a cabo su misión. Porque este niño es el enviado del Padre para salvar a la humanidad. Esta es la misión de la familia de Nazaret: que Jesús se convierta en adulto para salvar a la humanidad. Porque este niño, cuando se convierte en hombre, se pone en camino, va, allí, a Jerusalén, para dar la vida por el mundo.

Viene a luchar con la muerte para vencerla: viene a destruir al maligno y el poder que tiene sobre los hombres a causa del pecado; vienen a cargar con el pecado de todos los hombres y a aplastarlo contra la cruz ganando para nosotros la vida eterna».