Cuadernos de "kikos"

Ante el interés de algún fraternalísimo hermano catecúmeno por hacer lío y embrollar la finalidad de las libretas que se emplean a lo largo del Camino, se ofrece en esta entrada una sucinta visión del tema tal y como la autora lo ha vivido en su experiencia de camino.

En tiendas de utilería kika se venden cuadernos

Por supuesto, en el aprobadísimo estatuto no existe ninguna referencia ni a cuaderno ni a libretas. Pero tampoco hay mención en el estatuto a diezmo, garantes, chupitos de leche con miel, procesiones sólo para catecúmenos ni nada por el estilo. Lo que no es óbice para que todo lo anterior forme parte de la praxis del Camino.

También los cuadernos y las libretas forman parte de esa praxis de genuino catecúmeno que tanto se afanan por esconder a los religiosos naturales, incluidos los obispos.

El cuaderno es herramienta de trabajo del catecúmeno que ha sido introducido en el arkano misterio de la escrutatio. Es decir, se le ha enseñado a bucear por la Biblia a partir de una cita inicial, que le conducirá a otras citas a través de los paralelos y las notas a pie de página (pues la Biblia de Jerusalén, única Biblia apta para un catecúmeno, se caracteriza por la abundancia de notas que adornan sus páginas), que a su vez le llevarán a nuevas citas...

Esta sucesión de citas se plasma en el cuaderno de escrutes en forma de árbol: arriba del todo, la cita inicial, de la que parten rayas que conducen a tantas otras citas como se obtengan de la primera, de las que a su vez parten nuevas rayas que conducen a nuevas citas. Se trata además de escribir junto a la cita “aquello que Dios te haya inspirado a través de Su Palabra”, si es que te inspira algo, claro.

Desde que se cierra una puerta y se abre otra que lleva al catecumenado, todos los meses se sustituye una celebración de la palabra por una celebración doméstica en la que un grupo se reúne en una casa para escrutar una cita. De forma que a lo largo del catecumenado, que son unos cuantos añitos, da para llenar el cuaderno de bastantes árboles de escrute.

No son cuadernos para el colegio

Y ¿ha de hacerse en un cuaderno? Bueno, gracias al blog ahora sé que hay comunidades cutres que no registran primorosamente el resultado de sus escrutes, es decir, que no registran como oro en paño el diálogo que Dios ha tenido con ellos a través de los escrutes; pero en las comunidades serias con kikotistas serios, el cuaderno no es opcional. Los escrutes se plasman en un cuaderno sí o también.

Y el kikotista de turno puede reclamar ver el cuaderno de sus catecúmenos, para comprobar si ha habido verdadero diálogo de amor con Dios.

Sólo resta decir que para que sea más cómodo seguir las ramas del árbol, se recomienda que el cuaderno de escrutes sea tamaño folio. Y para mejor ayudarte a recordar la situación en que tuvo lugar el escrute, que antes de la primera cita indiques a qué tema pertenecía (porque a partir de los 2º escrutinios, se preparan temas, no palabras) y en qué fecha (e incluso en casa de quién) tuvo lugar.

Luego están las libretas de los kikotistas, cuyo cometido es completamente diferente al de los cuadernos de escrute.

En los pasos, durante los escrutinios a los catecúmenos, el kikotista, al menos uno de ellos (nunca he visto un equipo de kikotistas en el que todos los miembros tengan libreta), se sirve de una libreta para ir apuntando aquello que considere relevante de lo que el catecúmeno escrutado va contando. Esa es la finalidad de la libreta del kikotista: en ella ni hay citas bíblicas ni habla Dios, sino que se plasman datos concretos sobre sucesos y hechos concretos de catecúmenos concretísimos y, si se tercia, también de su parentela.

Son cuadernos para catecúmenos

Además las notas pueden completarse con nuevos datos sobre el catecúmeno y sus circunstancias que aporten otros miembros de la comunidad, pues no se olvide que el proceso sonsacador, en el que las preguntas son indefectiblemente de índole personal, tiene lugar en presencia de la comunidad.

El nudo gordiano es que siendo las preguntas de índole personal, privado y familiar, los datos que quedan plasmados en la libretita de marras son necesariamente relativos a la esfera personal, privada y familiar del catecúmeno.

Y es curioso, pero nunca vi que ningún kikotista pidiese permiso al catecúmeno para tomar notas sobre lo que contase.