Vocero neocatecumenal habla sobre la audiencia al Camino.

Como ya saben los lectores de Crux Sancta, el responsable de comunicación del Camino Neocatecumenal en España, Álvaro de Juana (en la imagen), trabaja como periodista independiente en el diario español La Razón. En este medio se encarga de la información de los asuntos que conciernen a la Iglesia católica, así como a la Conferencia Episcopal Española y la realidad de realidades eclesiales (el Camino Neocatecumenal).

Con motivo de la audiencia de Su Santidad el Papa Francisco "a los representantes del Camino Neocatecumenal" (según decía en la agenda del Papa), era de esperar que la maquinaria propagandística se pusiera en marcha, antes y después de dicho acto. Lo que ocurriera en el transcurso de la audiencia no importaba: primaba hacer de los intereses del Camino la realidad que les interesaba contar, y así fue.

¿Escribió el vocero neocatecumenal su artículo antes de la audiencia? Si fuera así, se comprende que no hablara del exagerado retraso del Santo Padre (45 minutos), o de las recomendaciones del Papa que ocuparon tres quintas partes del discurso.

Si el vocero De Juana lo escribió tras la audiencia, nos demuestra y deja patente que ni se enteró de qué iba el asunto, ni trato de enterarse sobre éste.

Entonces, sea como fuere, ¿cuál es la razón por la que el responsable de comunicación del Camino Neocatecumenal, Álvaro de Juana, olvida hablar de las recomendaciones dadas por el Papa Francisco al movimiento de Kiko Argüello?

Siempre queda la opción de que, como buen asalariado a las órdenes del jefe, obedeciera sin rechistar e hiciese otro publirreportaje. Pero esto supone un serio problema de ética periodística, además de contrariar el tema que el propio vocero está hablando, y viene a ver con el Bautismo:

Si el responsable de comunicación del Camino Neocatecumenal, pero ahora convertido en periodista independiente que trabaja para La Razón, oculta la verdad de manera interesada porque en ello le va la vida y el sustento, nos llevaría a pensar que el pecado se ha hecho fuerte en él. Pero dejemos que sea el fundador el Camino quién nos explique el por qué:

En palabras de Kiko Argüello, lo afirmado anteriormente, reflejaría la actitud del vocero neocatecumenal: El "pecado nos impide vivir en la Verdad, vivimos en la mentira de nuestro yo, de vivir para nosotros mismos, no podemos vivir para los demás, es difícil... el pecado nos lo impide, el pecado del egoísmo, porque somos lujuriosos, soberbios, el amor al dinero, la envidia, las mentiras, la corrupción generalizada en todas partes",(Discurso a las familias).

Sin nada más que añadir, les dejo con el artículo de Álvaro de Juana:

El ADN de la iniciación 

01 de febrero de 2014. 23:58h 

Álvaro DE JUANA.  

Hace apenas unos días, el Papa hablaba de la importancia de otorgar al sacramento del bautismo el lugar que se merece, así como de la necesidad de valorarlo de forma adecuada. Y eso es lo que precisamente hace el Camino Neocatecumenal a través de la iniciación cristiana en las parroquias. Esta realidad eclesial, que nació como respuesta al Concilio Vaticano II, está siendo un vehículo propicio para la nueva evangelización. De ello dieron buena muestra ayer las cientos de familias que recibieron el envío y la bendición del Papa Francisco para anunciar a Jesucristo en lugares remotos del planeta. Precisamente, ese ardor misionero proviene de este proceso de maduración en la fe en el que se encuentran. Un camino que nació hace casi cincuenta años entre los más pobres de Madrid y que luego dio el salto también entre los más necesitados de Roma y Portugal. Es, por tanto y según ha reconocido la Iglesia, una vía adecuada para los alejados: para aquellos que estuvieron en ella pero que después la abandonaron o para los que nunca la han conocido. El Camino lo lleva en su ADN, así como el carácter misionero y el anuncio del kerigma, que es el centro de toda su predicación. El Papa agradeció ayer en varias ocasiones el testimonio de todas estas familias y quedó impresionado de la multitud de niños presentes en el encuentro. A las distintas misiones «ad gentes», según las bendecía, las animó a anunciar el amor de Jesucristo por cada hombre y las felicitó por su entusiasmo. Francisco realizó también algunas recomendaciones para que esta iniciación cristiana continúe a la vanguardia del anuncio del evangelio en las periferias existenciales y les alentó a llevar «por doquier» el amor de Dios por los hombres. Algo que, como ya han demostrado, están dispuestas a hacer allí donde la Iglesia se lo pida.

Fuente: LA RAZÓN.