Contando batallas. Parte I

El señor de la barbita se pone sentimental y rememora sus hazañas delante de sus acólitos más fervientes. No hay nadie que objete al respecto:

“No os podéis imaginar lo que significaba el impacto de aquella comunidad de Zamora, porque era gente rural; y también porque quedaban todavía rencores de la guerra*, etc. Y cuando nosotros predicamos el amor al enemigo, aquellos hermanos fueron capaces de ir a pedir perdón. Armamos un follón bastante grande.

Después, nos encontramos con el problema de la religiosidad natural. Allí las mujeres iban de negro todas. Me acuerdo cuando fuimos al otro barrio, que no me acuerdo cómo se llama, que vinieron a las catequesis 400 personas, todas mujeres. En aquella época estábamos tan locos que no nos gustaba que fuera mucha gente. Decíamos: el germen tiene que ser pequeñito. Y le digo al párroco: aquí sobra todo el mundo. Y fijaros que en las parroquias no hacíamos anuncios ni nada para invitar a ninguno, porque queríamos empezar con un grupo mínimo pero fundamental que fuera el primer germen, y lo sacábamos de la parroquia. Hablábamos con los de Acción católica, con las señoras de no sé qué... y a estos grupos empezábamos dándoles la catequesis de la nueva pastoral de evangelización, pasar de la pastoral sacramental a la pastoral de evangelización. Y a los que nos decían que si, cuando teníamos un grupito de 20 ó 30, nos conformamos. Así que ya os podéis imaginar cuando allí se presentaron 400 personas. Le dije al párroco, que ha sido un santo lleno de paciencia:

-¡Aquí la que no venga mañana con el marido no entra!-.

Todavía X me recordaba aquella barbaridad que, según él, hice. Toda una historia.”

* Referido a la Guerra Civil española (1936-1939).

Me detengo aquí por dos motivos:

1º)    Porqué soy limitado y no puedo digerir los dos párrafos de golpe.

2º)    Quiero resaltar algunos aspectos que no son cuestiones menores.

La España católica que tanto critica este hombre, es la base que utiliza para su autodenominada “nueva pastoral de evangelización”.

Con lo cual, me pregunto: ¿no estaban estas personas evangelizadas? Evidentemente SI. Pero según les pareció a los iniciadores, no servía para nada su estado, pues no dejaban de ser meros “religiosos naturales”, y para que salieran de su estéril tradición (según el juicio de los tres abanderados de la novedad) nada mejor que cambiarles el modelo para pasarles a la“Fe”, según el Camino, ¡claro! Cristalino, iris y retina.

La cristiandad que se ha quedado obsoleta según los iniciadores, nunca hubiera EXIGIDO a un grupo tan escueto, a la par que amplio y representativo, cosas de tal valentía y arrojo: “Aquí no vengas si no....”. Es obvio, los religiosos naturales se quedaron atrás ya no sirven, son modositos, rezan sin saber, van a misitas y no comprenden nada, piensan en su necedad que los Sacramentos son suficientes para alcanzar la salvación, para una vida devota y sencilla... ¡Pobrecillos! Esta generación se merece mucho mas, y Dios ha hecho una elección sobre estos tres garantes de la FE con mayúsculas de oro y grana... mucha grana.

Veamos, del verbo VER:

En el solar llamado Iglesia católica, alguien se ha construido su propia urbanización de lujo, con su casa piloto y todo (a saber, la Domus K). No nos pueden ver (a nosotros, sus hermanos en la fe) pues no evangelizamos a nadie, según ellos. No pueden ver a los que llaman paganos porque hacen cosas horribles. Están tranquilos en su sosiego. Si por ellos fuera, lo convertirían todo en su terreno. Mientras tanto, ya veis, siguen esperando impacientes a que tanto unos como otros nos convirtamos.

(Aún no saben en qué, pero esperan y esperan. ¡Qué impacientes!)

-sepul-