Mamotretos varios

jueves, 28 de junio de 2012

El caso del Padre Demetrio Chu


 EL PADRE DEMETRIO CHU GAMARRA, párroco de San Antonio de Bellavista (Callao - Perú), afrontó un hecho muy particular lo decimos con honestidad porque por lo insólito del caso ponemos en duda si se daría en otra parte del mundo católico algo parecido entre un Obispo y su propio sacerdote. De lo que podríamos asegurar es que este Obispo español no habría hecho en su propia patria lo que está haciendo en nuestro Perú. Los feligreses peruanos, por lo increíble de los hechos nos vemos precisados a mencionar nombres y apellidos de las personas involucradas en estos actos sin precedente como se están dando en la Iglesia del Callao y ante la negativa del mencionado sacerdote en dar en forma alguna un informe personal por tratarse de algo que él considera comprometer su condición sacerdotal con el convencimiento de que la Justicia no la espera de los hombres sino de Dios, sin embargo somos muchos testigos cercanos a él como el resto de su comunidad que hemos seguido paso a paso los logros que ha dejado su celo apostólico y emprendedor como es la construcción del Complejo Parroquial de San Antonio que es un innegable testimonio que no merece la forma inhumana y anticristiana en que ha sido tratado y apartado de esa obra que ha realizado desde año 1988 al 2001 en la parroquia San Antonio de Bellavista que no se le permitió continuar lo que progresivamente año tras año iba haciendo.

La Comunidad de San Antonio en pleno repudia la forma injusta y escandalosa de un Obispado controlado por los neocatecúmenos y auspiciado por el poder autónomo del Obispo Miguel Irizar, Prelado conocido por los medios de comunicación en las que aparece como un miembro formal del Clero, árbitro de la justicia y «defensor de los derechos humanos», con aciertos en sus respuestas al ser interceptado por la prensa en las diversas circunstancias de la vida social y política más aún en el «colmo de su modestia» con alguna frecuencia comenta en público su envidiable relación con el Papa, lleva y trae mensajes del Santo Padre lo que «impresiona mucho» sobre todo a los que nunca hemos estado en el Vaticano, sin embargo, en la realidad no es sino uno más de los que apuntala el dedo de la justicia humana y divina en su contra ya que viola los derechos de sus sacerdotes sin escrúpulos sin tener en cuenta que tiene una responsabilidad como Pastor de una Diócesis, la misma que no se le exige a un cristiano común.

ESTE ES EL TESTIMONIO DE UN VECINO CONTIGUO A LA PARROQUIA DE SAN ANTONIO DE BELLAVISTA:

El Padre Demetrio Chu Gamarra fue designado a nuestra parroquia cuando aún no había nada construido a excepción del recinto cural que dejó el padre Bruno Secco, fundador de la parroquia de San Antonio en el año 1982, lo dejó semiconstruido la misma que se condicionó después para que funcionara transitoriamente el Seminario Diocesano por dos años con el Padre Florencio Salazar, su sucesor entre los años 1986 y 1987.

El resto era un terreno inmenso, adquirido gracias al esfuerzo y constancia de la Madre Panchita. Por su parte el Padre Bruno, tomando posesión del terreno debió afrontar la oposición de algunos descontentos que no querían la parroquia y que derribaban durante la noche lo que él construía de día refiriéndonos al muro que cercaba el terreno.

El Padre Chu Gamarra, se hizo cargo de la parroquia en la Pascua de Resurrección del 1988, seis años después de ser fundada, si contamos el tiempo desde que el Padre Bruno celebraba la Santa Misa en la calle de ese sector en 1982.

Somos testigos de cómo el Padre Demetrio, que aún se le notaba joven, entre la polvareda del terreno vivía en su camioneta Ford (carro mato), durante los primeros años mientras veíamos cómo después del primer año en que celebraba la Misa en una cabaña de esteras, comenzó a construir el Templo, luego el local del Colegio Parroquial que continuó desde los primeros años de primaria hasta la secundaria completa, orgullo de nuestra comunidad, luego hizo verdear los extensos jardines dentro y fuera de la Parroquia, se construyó el Comedor Parroquial, Consultorio Médico, enlozados deportivos y hasta una panadería en los tiempos más duros de la recesión económica del país (Inicios de los 90), año tras año se las ingeniaba para seguir construyendo hasta el año pasado, 2001 en que inauguró las últimas dos hermosas aulas del Colegio Parroquial fruto del esfuerzo y trabajo continuo, que fue lo último que se le permitió hacer antes de arrebatarle todo el complejo en ese mismo año y allí está a la vista de los mismos ciegos como son las personas enfermas de odio que han hecho y continúan haciendo campaña en contra del sacerdote que ha dedicado gran parte de su vida para dejarnos lo que ahora ellos se sienten con derecho sirviéndose de la mentira y calumnia con la aprobación y asesoramiento del Vicario Juan de Dios Rojas Pajuelo, ejecutor de todo el daño que ha ocasionado a ésta floreciente Parroquia de San Antonio de Bellavista.



Estas son las oobras que realizó el Padre Demetrio Chu antes de ser "removido" de su parroquia
después del primer año en que celebraba la Misa en una cabaña de esteras, comenzó a construir el Templo

local del Colegio Parroquial




Comedor Parroquial

Comedor Parroquial


El Obispo, ha nombrado párroco al neocatecúmeno José Rivadeneira quien hasta ahora no está haciendo más que destruir lo que pueda ser causa de reconocimiento al Padre Demetrio, presentando una historia tergiversada de la parroquia, aunque sí continua con lo que no puede destruir porque de eso depende su sobrevivencia. Parece no estar muy satisfecho de su antecesor ya que con indirectas ante la gente siempre tiene algo de qué acusar al Párroco destituido como lo hacen los artesanos que al entrar en competencia pretenden hacer prevalecer la calidad de su producto, no permite ningún reconocimiento justo ni a la persona del P. Demetrio, ni a lo que ha dejado, tachándolo de saqueador y ladrón. En esa parroquia se ha perdido en gran parte la vida de piedad, las celebraciones y fiestas religiosas con que día a día la comunidad se iba alimentando y aprendiendo de su fe. La comunidad está prácticamente dispersada.

Por otro lado el Padre Demetrio, era un sacerdote correcto y hasta exigente para educar en la moral y la FE, ¿En qué otra forma podría ser testigo de la verdad en un ambiente como el nuestro?

Por lo demás, se debería preguntar al Vicario Juan de Dios Rojas Pajuelo, si conoce a María Calderón, una vecina muy conocida por sus costumbres de difundir comentarios cuando de hacer daño se trata, con unos hijos varones que se forjaron ilusiones en la posible toma del Colegio Parroquial, autores del volanteo difamatorio contra su Párroco Chu Gamarra.

Para el Vicario Juan de Dios Rojas Pajuelo, debe hacerse muy familiar el nombre de Roberto Díaz Pumayaya, de no muy buenos antecedentes en el CIMA. Este falso cristiano usado por el Vicario Rojas denunció al párroco Chu Gamarra, ante la Fiscalía Penal del Callao (Ver el diario el Callao 14 de Agosto del 2001,Pg. 5), por apropiación ilícita juntamente con otro vecino poco deseable que responde al nombre de Rodolfo Leonardo Montalvo, con los mismos antecedentes del anterior (nunca frecuenta el templo Parroquial porque no es Católico) a excepción de las veces que ha querido participar en el desarrollo de los desmanes en contra de la persona del Párroco. Este mismo sujeto al servicio del Vicario Rojas ha tenido mucha parte activa en la acción difamatoria con la recolección de firmas fraguadas y declaraciones desinformativas a la prensa (diario «El Ojo» 27 –08-2001 Pg. 14), demostrando su injustificado odio contra un sacerdote. Estas personas juntamente con las que vamos a mencionar a continuación pasaban su tiempo en las oficinas del Obispado como acudir a su centro de trabajo para cumplir las disposiciones del Vicario Rojas, quien se dedicó en preparar el desalojo injustificado del Párroco Chu Gamarra de su parroquia de San Antonio de Bellavista, que según el Derecho Canónico debería ser inamovible (Cn. 522).

A las personas citadas podemos agregar al Director del Colegio Parroquial, Manuel Dordán, cuyos antecedentes no muy halagadores son conocidos en el colegio Salesiano del Callao, persona astuta y perspicaz a quién el Párroco Chu Gamarra, lo acogió en el colegio parroquial y que por lamentable error le dio la dirección del colegio sin conocerlo si no fuera por una falsa recomendación que el mismo Dordán se agenció usando el nombre del Director del Colegio Salesiano.
Este triste elemento valiéndose del momento oportuno en que el Obispo pretendía intervenir el Complejo Parroquial necesitaba gente oportunista como este falso educador.
Manuel Dordán, se pone al servicio del Obispado para incluirse en la estrategia de la toma del Colegio, cuyo «trabajo» sería muy bien recompensando. Después, que gracias a la bondad del Padre Demetrio, logró el inmerecido cargo del Director del colegio es ahora retribuido, actuando como si fuera el «dueño del Colegio» goza de toda las facultades que ejercía el Padre Chu, merced al cumplimiento de la promesa por la tarea bien cumplida en contra del que construyó y dejó bien encaminado uno de los colegios parroquiales mejor organizados de la Diócesis. Él sabe muchas cosas que pueden comprometer al Obispado.
La forma como ha procedido después con los profesores y empleados adherentes al mencionado sacerdote es comentario aparte. Es algo de lo más ruin y cobarde que lo descalifica como educador.
Además entre las personas involucradas en el complot tuvo un papel importante el Sacerdote César Fernandini, allegado del Obispo, a quien el Padre Demetrio acogió fraternalmente en la Casa Cural donde vivió por cerca de tres años sin sospechar que éste era elemento de observación e informe designado por el Obispo.
El 26 de Agosto del 2001, es el día en que los católicos normales de San Antonio de Bellavista lo recordarán como el día de la infamia y la vergüenza para escándalo de creyentes y no creyentes.
Por su lado, el Obispo Miguel Irizar, hizo su parte, firmo el Decreto en el que Padre Demetrio Chu Gamarra cesaba en sus funciones de Párroco, debiendo entregar la parroquia de San Antonio el 26 de Agosto. Mientras el Vicario Rojas citó a los reporteros del Diario «El Callao» en las oficinas del Obispado para hacer una declaración que sería publicada en la primera página con grandes titulares como: SANCIONAN A PÁRROCO, haciendo su declaración en una página intermedia de dicho diario con alusión a una investigación por «apropiación ilícita» atribuida al párroco lo que él bien sabía que todo eso había quedado bien aclarado ante el Obispo pero que lo usó como argumento para tener algo con que acusar y como justificar su actitud del 26 Agosto (Diario «El Callao» 14-08-2001 Pg. 5).
En vísperas del asalto de la parroquia San Antonio cuando todo estaba bien planificado el Obispo vuela hacia Europa para una estadía prevista para dos meses, lo suficiente para que sus escuderos los Vicarios Javier del Río y Rojas Pajuelo cumplieran con su tarea y si «algo pasara», el Obispo quedaría libre de responsabilidad, se entiende, «debido a su oportuna ausencia».
La organización encabezada por el P. Rojas Pajuelo se sentía muy segura del paso definitivo para desalojar al Padre Demetrio por la fuerza. Ya habían tenido otros logros bajo este sistema en otras parroquias, salvo «algunos percances». La preparación remota, esto es, la campaña de difamación ya se había llevado con un relativo éxito y el día señalado para tomar la parroquia por asalto sería el Domingo 26 de Agosto del 2001.
La comitiva estaba bien organizada y las promesas bien definidas, es decir, sacado al párroco por la fuerza todos los participantes, movidos por el interés tendrían parte del «botín» esto es, en los cargos que iban a desempeñar en la Parroquia.
Ese día se vieron sin mayores sorpresas las caras de los que tramaban el asunto en la oscuridad, estas personas fueron:
Una religiosa española conocida como Hna. Elvira de la Congregación «Hijas de la Sabiduría» de ideas de «avanzada» quien cambió los hábitos por los pantalones, un moreno, Miguel Cueto que acababa de liderar una revuelta de protestas en su vecindario de Confecciones Militares sin conseguir medalla y su inseparable compadre Manuel Flores, con su digna esposa; doña María Fiestas, Rodolfo Leonoardo Montalvo, Roberto Diaz Pumayaya, María Calderón, doña Fanny Piana, Nancy Carrera, todo este «selecto séquito» que ya habían trabajado antes preparando el asalto se hicieron manifiestas, con modos vulgares a modo de verduleras y no faltó parte del Clero que de la sesentena de Sacerdotes del Callao una decena acataron la orden del Obispado: ¡Que tal ejemplo de solidaridad y caridad fraterna!, (a lo Irizar), es innegable que no fue por convicción sino más bien por el miedo, como es propio del régimen impositivo que se rige en la Diócesis del Callao. Además se plegaron al asalto unos 17 Seminaristas, dignos discípulos del neocatecúmeno Javier del Río, el mismo que reservaría sus ganas de compartir el festín para salvaguardar su papel «de no responsable» en un hecho que él «desaprobaría» después. La caravana se encaminó hacia la parroquia de San Antonio con el fin de armar el escándalo llevando consigo reporteros de los periódicos «El Ojo» y «Ajá» además de una filmadora de video, la mismo que podrían confirmar lo acaecido pero cuya filmación nunca se vio en público (ver periódicos populares «OJO»: bajo título de: «FURIA CHALACA» 27-08-2001, Pg. 14 y «AJA»: «Abollan a Vicario» 27-08-2001 Pg. 3).

El asalto se desarrolló como sigue: El párroco Chu Gamarra fue cogido por sorpresa mientras celebraba la última misa dominical de la mañana a hs. 10:00. Los vehículos que transportaron a los sacerdotes y seminaristas para su vergonzosa actuación se ocultaron en las calles aledañas al templo parroquial pero que no pasaron por desapercibidos por el vecindario. Ingresaron al templo durante el acto celebratorio. La feligresía al advertir el sacrílego asalto improvisó su organización en el momento, repicaron las campanas y pronto se dieron cita en el templo. Los invasores recibieron la comunión sacrílega de manos del mismo sacerdote celebrante ofendido. En el momento de los avisos el Vicario se dispuso a subir al altar, pero el Padre Demetrio lo detuvo a fin de dirigirse a los concurrentes. Al pronunciar las palabras: «...por un decreto dado por el Obispo para que yo deje la parroquia el día de hoy...»,  la comunidad en pleno reaccionó con gritos de protesta y se inició la gresca entre la feligresía y los agresores. El templo parroquial se convirtió en escenario de grave escándalo entre gritos, violencia, insultos y otras suertes de desmanes. Encararon al Vicario Rojas Pajuelo, conocido «cara dura» con palabras muy efusivas contra su persona y no falto quién con justificada indignación le propinara un golpe en la cara lo que fue aprobado por el resto. El Padre Demetrio que aún se encontraba en el altar con la vestimenta sagrada atinó a dar la bendición para luego descender del altar en medio del alboroto dirigiéndose a la sacristía, luego después, cogido del brazo por un General de la Policía y su esposa, fervientes feligreses de la parroquia y acompañado además por otras personas que le hacían la guardia salió de la sacristía para permanecer de pie a un costado del altar.
Cuando se le pregunto a uno de los seminaristas: ¿Por qué hacen esto con un sacerdote? este respondió: Yo obedezco a mi Obispo!. Digno ejemplo de obediencia de un aspirante a sacerdote que no valora lo que aspira.
Mientras tanto los intrusos viéndose acosados y rechazados por la comunidad en pleno optaron por la retirada saliendo del Templo entre pifias e insultos dando al blanco en la persona del indeseable Vicario Rojas Pajuelo.
El Padre Demetrio Chu, después de estos censurables hechos permaneció en nuestra parroquia dos semanas más, disponiéndose a entregar la misma para retirarse definitivamente el 08 de Setiembre saliendo con los honores y la dignidad que le tributó su amada feligresía lo que la gente del Obispado se lo negó injustamente.
La lamentable situación en la que ha quedado actualmente la parroquia San Antonio de Bellavista con un párroco neocatecumeno: José Rivadeneira, quien se hace repudiable por el odio que demuestra abiertamente contra el sacerdote que le ha dejado la mesa servida, se ha ensañado contra toda las personas que trabajaban con el Padre Demetrio destituyéndolos de sus cargos y trabajos y colocando en su lugar a las personas que han cumplido el triste papel de actuar en contra de su propio párroco menoscabando su dignidad y pasando por alto lo que para un católico debe significar un sacerdote en este caso el sacerdote que les ha dado tanto de sí mismo y les ha dejado un buen legado, es objeto del odio de estas personas que a su vez son repudiadas y rechazadas por la Comunidad honesta y CATÓLICA.
Esta gente indeseable hoy a cargo de la Parroquia San Antonio, está ahora usando de todo los medios a su alcance con propagandas y perifoneos exhortando al retorno de la gente a los servicios de culto, pero por todo lo que la comunidad ha visto y sufrido en esa parroquia pensamos que será muy difícil creer en un «catolicismo» como lo están testimoniando ellos.

HASTA AQUÍ EL TESTIMONIO DE UN VECINO CONTIGUO A LA PARROQUIA.