Mamotretos varios

lunes, 14 de mayo de 2012

Carta al Camino Neocatecumenal en Tierra Santa


Carta al Camino Neocatecumenal en Tierra Santa
Misiva de los prelados orientales, difundida desde el Patriarcado Latino de Jerusalén
fuente: http://www.zenit.org/article-22845?l=spanish


Hermanos y hermanas del Camino Neocatecumenal:

1. La paz de Nuestro Señor Jesucristo esté siempre con vosotros.

Nosotros, Ordinarios Católicos de Tierra Santa, os dirigimos esta carta al inicio de la Cuaresma, en el marco del Plan Pastoral común para este año, cuyo tema es la catequesis y la educación religiosa en la parroquia.

Hermanos y hermanas del Camino: sois bienvenidos en nuestras diócesis. Damos gracias a Dios por la gracia que el Señor os ha dado y por el carisma que el Espíritu Santo ha infundido en la Iglesia a través de vuestro ministerio de la formación post-bautismal. Estamos reconocidos por vuestra presencia en algunas de nuestras parroquias, por la predicación de la Palabra de Dios, por la ayuda ofrecida a nuestros fieles en la profundización de su fe y en el arraigo en su propia iglesia local, en «una síntesis de predicación kerigmática, cambio de vida y liturgia» (Estatutos, art. 8).

Siguiendo la Carta que el Papa Benedicto XVI os dirigió el 12 de enero de 2006 [v. Zenit, 12 enero 2006. Ndr], y la de la Congregación para el Culto Divino del 1 de diciembre de 2005 [v. Zenit, 1 enero 2006. Ndr], os pedimos que ocupéis lugar en el corazón de la parroquia en la que anunciáis la Palabra de Dios, evitando hacer un grupo aparte. Desearíamos que pudierais decir con San Pablo: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los que más pueda» (I Co 9, 19).

El principio al que debemos todos juntos permanecer fieles e informar nuestra acción pastoral debería ser «una parroquia y una Eucaristía». Vuestro primer deber, por eso, si deseáis ayudar a los fieles a crecer en la fe, es arraigarles en las parroquias y en las propias tradiciones litúrgicas en las que han crecido durante generaciones.

En Oriente, nos importa mucho nuestra liturgia y nuestras tradiciones. Es la liturgia la que ha contribuido mucho a conservar la fe cristiana en nuestros pueblos a lo largo de la historia. El rito es como un documento de identidad y no sólo un modo entre otros de orar. Os rogamos que tengáis la caridad de comprender y respetar el apego de nuestros fieles a sus propias liturgias.

2. La Eucaristía es el sacramento de unidad en la parroquia y no de fraccionamiento. Pedimos por lo tanto que las celebraciones eucarísticas, en todos los ritos orientales, y además en el rito latino, sean siempre presididas por el párroco, o, en el caso del rito latino, en pleno acuerdo con él. Celebrad la Eucaristía con la parroquia y según el modo de la Iglesia local. «Allí donde está el obispo, allí está la iglesia», escribió San Ignacio de Antioquía. Enseñad a los fieles el amor por sus tradiciones litúrgicas y poned vuestro carisma al servicio de la unidad.

3. Os rogamos además que os empleéis seriamente en el estudio de la lengua y la cultura de la gente, en señal de respeto hacia ellos y como instrumento de comprensión de su alma y de su historia, en el contexto de Tierra Santa: pluralismo religioso, cultural y nacional. Además, en nuestros países, Palestina, Israel, Jordania, todos están en la búsqueda de la paz y de la justicia, una búsqueda que forma parte integrante de nuestra vida de cristianos. Toda predicación debería orientar a nuestros fieles en las actitudes concretas que hay que asumir en los diversos contextos de la vida y en la propia situación de conflicto que continúa en Palestina: actitud de perdón y de amor hacia el enemigo, por un lado, y por otro, exigencia de los propios derechos, especialmente la dignidad, la libertad y la justicia.

Os rogamos que prediquéis un Evangelio encarnado en la vida, un Evangelio que ilumine todos los aspectos de la vida y arraigue a los fieles en Jesucristo Resucitado y en todo su ambiente humano, cultural y eclesial.

Pedimos a Dios que colme vuestros corazones con su fortaleza y su amor, y que os conceda la gracia para que podáis colmar los corazones de los fieles de su amor y de su fortaleza.

Jerusalén, 25 de febrero de 2007

+ Michel Sabbah, Patriarca Latino de Jerusalén
+ Elias Shakour, arzobispo greco-melquita católico de Acri, Haifa, Nazaret y de toda Galilea
+ George El-Murr, arzobispo greco-melquita católico de Filadelfia, Petra y de Jordania
+ Paul Sayyah, arzobispo maronita de Haifa y de Tierra Santa, y exarca patriarcal maronita de Jerusalén, de los Territorios Palestinos y de Jordania
+ Fouad Twal, obispo coadjutor latino, Jerusalén
+ Kamal Bathish, obispo auxiliar latino, Jerusalén
+ Selim Sayegh, vicario patriarcal latino para Jordania
+ Giacinto-Boulos Marcuzzo, vicario patriarcal latino para Israel
+ Pierre Melki, exarca patriarcal siro-católico de Jerusaén, de Tierra Santa y de Jordania
+ George Bakar, exarca patriarcal greco-melquita católico de Jerusalén
Rafael Minassian, exarca patriarcal armenio católico de Jerusalén, de Tierra Santa y de Jordania


3 comentarios:

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    1. Es decir, no miren el documento? Miembro de un sitio puede ser cualquiera y no se pueden eliminar. Escúlcame a mí, a Miles, a José y a Pedro.
      Vaya que es que en verdad no hay forma de defender el documento ¿no? Y es que en las Páginas del CNC esto no se muestra. Solo se llega hasta "invitados por Shakour a Tierra Santa" pero no llegan a exponer el documento "sacados a patadas".
      Es que son sinvergüenzas con todas las letras.

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  2. De esto ya hace 5 años y siguen tranquilos haciendo lo que se les antoja esto si que es el misterio de la iniquidad Y ya que estamos me pueden explicar porque soy muy ignorante como pueden Uds dudar de la presencia real de Ntro Sr Jesucristo en su Cuerpo Sangre Alma y Divinidad en todos los Sagrarios del mundo como pueden decir que le aman y no se postran en Adoracion ante su Divina Presencia En Fatima El Angel de la Eucaristia San Miguel se Postro rostro en tierra para Adorar El Cuerpo y La Sangre del Señor y porque nosotros no lo vamos a hacer o tambien desprecian las palabras y enseñanzas de la Madre de Dios y nuestra

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