miércoles, 29 de noviembre de 2017

Segundo escrutinio (XVI)




«Tercera tentación: tentación de los ídolos
La tercera tentación es la de la gloria del poder. En el fondo, la religión es algo que me sirve, que me da la felicidad total. Y si no me da la felicidad, no me sirve. Entonces, en el desierto, cuando Moisés sube a la montaña, el pueblo ya está cansado de este Dios que les lleva al desierto, que hace tanto calor, que les da un alimento muy pobre, muy miserable, entonces hacen como hacían las religiones de los caldeos, de los babilonios. Estas religiones tenían sus ídolos, los persas tenían el dios de la fertilidad, que si uno lo invoca, le respondía. Sucedía porque el demonio estaba allí. Si tú invocas al demonio y le pides gloria, él te responde, viene y te la da. Así era en la Iglesia primitiva, todos los ídolos eran confirmados por el demonio. Si tienes una enfermedad y vas a un hechicero y se lo pides, te curará. Pero, ¿cómo...? ¡Claro! ¿O el demonio no está allí? ¿Quién lo dice? Si lo único que te importa es tu voluntad, ¡que sea lo que tú quieres!»
Un kikotreto está invariablemente lleno de barbaridades. Pero lo de los ídolos de la Iglesia primitiva de tiempos de Moisés ya es de vivir en un universo kikolelo.
«Entonces los hebreos se hicieron una imagen, porque en realidad ¿qué les importaba? Fecundidad, felicidad, gloria. Entonces el demonio le dice a Jesucristo... mira al hombre: en el fondo, ¿qué es lo que quiere? Ser amado, ser estimado, la gloria. La gloria significa el amor. Fíjate, por ejemplo, yo soy pintor y he sentido mucho esta tentación, es decir, realizarme como artista, como genio, como todos los artistas: la gloria humana, tener éxito, ser alguien, conocido por todos. El demonio le pregunta a Jesucristo: "¿Por qué tienes que pasar por el fracaso?" Jesús en el fondo es un fracasado. “Mira, si me adoras te doy todos estos reinos", porque el demonio es el rey de estos reinos, del respeto humano. Jesús se da cuenta de que el mundo le podría dar la vida. Le dice a Jesús que él le podría convertir en un gran, grandísimo personaje, como hoy se recuerda a Sócrates. "¿Quieres la gloria? Te la doy si me adoras". Entonces Jesús le dijo: "Vete, Satanás, está escrito: "Adorarás al Señor tu Dios, a Él solamente darás gloria".
Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón. Tentación del pan. Aquellos que murmuráis cuando la vida no os resulta cómoda. Se trata de la primera tentación, aquí también entra la sexualidad, cuyo dios es Eros. Una forma de comodidad es la sexualidad.»
Aquellos que murmuran sobre persecuciones inexistentes y enemigos imaginarios cuando les dicen que tienen que devolver un seminario que no es suyo.
«La segunda tentación es la de la vida. Amar a Dios con toda tu alma, con toda tu vida. Ser cristiano significa arriesgar la vida. No, no quiero sufrir, no doy mi vida. Si quieres hacerme un milagro, cambiarme la historia, entonces sí.
Tercera tentación, la fuerza: amar a Dios con todas tus fuerzas, con el trabajo, con el dinero. ¿Por qué queremos dinero? ¡Porque el dinero significa estima, respeto! Dinero, gloria... Hijo, trabaja, tienes que ser el primero. Esto es lo que me decía un sacerdote: "Piensa Kiko que si fueras Picasso, que gloria para la Iglesia". Y todos a conseguir el número uno. Vamos a la conquista de la sociedad, implantemos nuestro reino. Jesús está llamado a cargar sobre sí los pecados del mundo, cuando en realidad el mundo piensa lo contrario. Entonces, hermanos, con esto finalizo. Bien, para Israel las fuerzas significan el dinero y con el dinero buscamos la gloria. Por ejemplo, Al Capone, que ganó tanto dinero y era uno de los más respetados en Chicago, popularísimo entre la gente, era el hombre más respetado de Chicago. En su funeral había tanta gente como si hubiese muerto el alcalde. El diablo te ofrece el dinero, la gloria. Pero Jesús dice: "No podéis servir a Dios y a Mamón: si amas a uno, desprecias al otro". Si amas el dinero, desprecias al otro. No tienes tiempo para rezar, para ir a la comunidad, para hacer las catequesis, luego desprecias a Dios.»
Los tristes catecúmenos nunca tienen tiempo de participar en las actividades parroquiales, no se puede contar con ellos para la cuestación del domund, para la limpieza del templo o de las salas, para el ropero, para cáritas, para que reciban formación de catequistas (que no de kikotistas), para que colaboren con quienes son verdaderos catequistas… En palabras kikiles: luego desprecian a Dios.
«Pero si amas a Dios, entonces desprecias el dinero. Para la convivencia solicitas permiso en el trabajo, pero solicitas tantos de esos permisos que al final te despedirán del trabajo. Y eso significa arriesgar. Significa que desprecias al dios dinero. Si sigues al demonio, entonces amas el dinero, pero si sirves a Dios, entonces te desprendes del dinero. ¡Tienes que decidir! Este segundo escrutinio significa romper: si quieres seguir a Dios o al dinero.
Porque en esta sociedad en la que estamos, que es una sociedad de consumo, hay gente que son sacerdotes de su propio trabajo, que le dan el culto que solo se debe a Dios; también trabajan los domingos, trabajan 18 horas, son  buenísimos como trabajadores, dan la sangre, dan la vida. Hay gente que adora el dinero, todo tiene como base el dinero. El sufrimiento de todas las familias, ¿dónde está? ¡En el dinero! El 99.9% de los problemas matrimoniales, ¿dónde está? En el dinero. Los problemas de los hijos con los padres y de los padres con sus hijos, ¿dónde están? ¡En el dinero!»
Como no tiene ni idea de lo que es un matrimonio, ni entiende lo que es tener hijos, se pone a echar balones fuera y llega a una conclusión tan falsa como mendaz.
«El dios que mueve nuestra vida, ¿dónde está? En el dinero. Aquí se trata de ver.
¿A qué sirven las comunidades? En una parroquia hay 10 comunidades. ¿A qué sirven las 10 comunidades? ¿Qué hacen? Son buenas personas, hacen catequesis para niños, que antes no lo hacían. ¿A quién sirven? No sirven de nada si hacen catequesis a los niños y no son cristianos, si no se da el nuevo hombre que no se resiste el mal, que ama a Dios con todo el corazón, con toda la mente y la fuerza, es una asociación más en la parroquia, gente buena que ayudan a los sacerdotes, y la gente de fuera dice: "¡Bienaventurados los que tienen tiempo para perder: ¡yo no!"»
Está suavizando mucho lo que percibe la “gente de fuera” respecto a los catecúmenos. Porque efectivamente perciben que no son cristianos, y por tanto piensan que están perdiendo el tiempo, pero también perciben su tristeza, su crispación, que hablan mal de todos, que murmuran de todos… y saben que no son bienaventurados, sino todo lo contrario.
«Podemos cantar el Shema con Jesucristo que lo ha cumplido plenamente, que nos lo quiere dar cumplido en el Espíritu Santo.
Canto: Shemá Israel (en pie)»
Un rasgo del kikismo es que la oración de los judíos se canta de pie, en cambio la Comunión, que es mucho más, se hace sentado en el metacrilato. Porque los signos son importantes. Y no hay que confundir a diosito con Dios.
«Oraciones espontáneas
Padre Nuestro
Paz
Bendición
Descanso (se ordena a los hermanos que traigan papel y lápiz)»

lunes, 27 de noviembre de 2017

Falacia neocatecumenal de la Iglesia primitiva


Voy a recordar uno de los mantras más mezquinos empleados con absoluta falta de pudor por los jerarcas neocatecumenales y sus adiestrados seguidores. No es otro que aquel que falta a la verdad y a la historia para asegurar que el Camino Neocatecumenal es una vuelta a los orígenes, una vuelta a la Iglesia primitiva tal y como el Espíritu Santo la fundó.
 
Por tanto, según esta vil falacia, Jesús tendría que haber instituido unos escrutinios en los que se vulnerase el libre albedrío y se machacase la conciencia de los escrutados. Tendría que haber inventado un diezmo pecuniario vitalicio. Habría violentado a todo aquel que no quisiera contar sus pecados en público; habría impuesto la obediencia ovejuna, es decir, irracional, como condición imprescindible para la salvación…
 
Por supuesto, la realidad es radicalmente distinta.
 
La Iglesia primitiva, como la Iglesia actual, puesto que son el mismo fruto del Espíritu Santo, miraba y mira a Cristo, buscaba y busca a Cristo, seguía y sigue las enseñanzas de Cristo. Las mismas de las que se hace memorial a diario en la liturgia; unas enseñanzas que se pueden resumir con las palabras del Evangelio del último domingo del año litúrgico:
 
«Dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis." Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis. Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistirnos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo. (Mt 25, 34-46)
   
La Iglesia, la primitiva, la actual y la de siempre, no es la que calienta mucha silla escuchando tostones apocalípticos sobre el frío que hace fuera, no es la que se reúne en un gueto cerrado, no es la que esconde mamotretos secretos, no es la que inventa ritos pseudo-mágicos por los que hay que pasar sí o sí para que no se enfade diosito no sea que te mande algo muy grave, no solamente un cáncer, algo peor quizás. No es la que mira a los demás por encima del hombro, poniéndoles motes tan amorosos como “rebotado”, “beatorro meapilas”, “religioso de misa de 12”.
 
Sencillamente lo que predicaba y practicaba la Iglesia primitiva es lo que escuchó y vio hacer a Jesús: la caridad para con el prójimo.
 
¡Qué distinta es la praxis del Camino que no lleva a ninguna parte! Porque ellos no están para la Caridad y esas cositas, ni para ser un grupo más en la parroquia, puesto que ¡no se da la vida por eso! 

Y el objetivo del CNC, nadie se llame a engaño, es que todos sus miembros den la vida por él, no por Dios, que es la excusa, sino por un defectuoso invento que no salva a nadie pero esclaviza a todos.
 
Por eso sus medios son la imposición, la coacción, el miedo, la palanca de la culpa, las amenazas de destrucción apocalíptica y condenación eterna. 

Medios radicalmente contrarios a los de la Iglesia primitiva, actual y de todos los tiempos.


sábado, 25 de noviembre de 2017

Segundo escrutinio (XV)



«Segunda tentación: la tentación de la historia.
Segunda tentación: “El diablo lo llevó al pináculo del Templo y le dijo: 'Si eres el Hijo de Dios arrójate, porque está escrito…'”. ¿Qué significa esta tentación tan estúpida, qué significa ir al pináculo del templo? Esta es la tentación de la vida, es una tentación muy próxima a ti y a mí, que es querer tentar a Dios. La primera tentación, lo primero que hacemos es buscar la seguridad. Y cuando Dios nos pone en una situación que no nos gusta murmuramos contra Dios. Caminamos, si quieres caminamos, pero murmurando contra Dios. La segunda es la misma, pero aún más profunda: Es decir, es la gente dispuesta a aceptar su vida difícil, las cosas que les suceden, asumen también que hay un diseño de Dios para ellos, pero para aceptar esto necesitan que Dios se lo pruebe, que Dios venga a ellos. Es la tentación que tenía el pueblo de Israel en el desierto: murmuraron en sus corazones y no querían seguir caminando, es la tentación de Massa y Meribá.
En un momento dado, el pueblo dice: "Ya no caminamos más, no hay agua, pensamos que por el desierto no llegamos a ningún lado, vamos a morir aquí". Dudan de Dios, y van a Moisés. Moisés dice: "¿Pero no te das cuenta de que es Dios quien te sacó de Egipto, es Dios quien te abrió el mar?". Pero ellos ya no quieren saber nada, quieren agua. Es decir, ¿Dios está aquí en medio de nosotros? Bien ¡Qué lo demuestre! ¿Dices que no me he casado porque soy hijo de Dios? ¡Qué lo demuestre! ¿Dices que soy cojo porque...? Entonces, que Dios se me aparezca en un ángel en la noche que me diga por qué el cáncer, por qué los espasmos. ¡Qué lo diga! Por qué si no...»
Así son las argumentaciones en el CNC: falaces y mezquinas. Les interesa gente que no tenga ni idea de cristianismo para que adepten sin pestañear una inexistente relación entre el cáncer y el amor de Dios.
«El pueblo en este momento está abandonando a Dios: "Tú dices que Dios existe, que nos sacó de Egipto, pero este Dios ¿quién lo ha visto? Porque yo no lo he visto. Yo te digo que el mar estaba abierto porque a veces sucede que sopla el viento, hay poca agua y se pasa. Te digo que todas las cosas que dices tú se pueden interpretar de otra manera, todo puede interpretarse de otra forma, ¡claro! Entonces, lo único que sé es que mi hijo tiene sed. ¿Cómo puede Dios darle algo así a mi hijo?” Esto fue lo que le dijeron a Moisés y lo quisieron apedrear. ¿Dices que Dios está aquí? Qué haga un milagro, entonces... Que cambie la historia, que me cambie lo que me duele, que Dios haga lo que yo quiero de tanto en tanto, y yo camino. Quieren que en un desierto árido y terrible Dios haga surgir una fuente, un milagro maravilloso. Si Dios puede hacer esto tal vez, tal vez creamos. Entonces Moisés va al Señor y le dice: "Señor, quieren matarme". Y el Señor dice: "Está bien. Ve a la primera roca que encuentres, toma tu bastón y golpea con fuerza: saldrá un agua maravillosa".»
Eso de que saldrá agua con sabor a gaseosa y olor a rosas es un invento kikótico más, porque alguno es tan sensible que si no cambia la palabra de Dios a su bola se deprime. 
«Los rabinos dicen que Moisés dudó de Dios, no porque dudase de que Dios pudiera sacar agua de la roca (la roca es símbolo de Cristo; el agua, del Bautismo). ¡No! Dudó de que Dios pudiera rebajarse, humillarse hasta el punto de convertirse en esclavo, Dios esclavo del hombre para hacer un milagro a su servicio, y entonces el hombre se convierte en Dios; Dios tiene que servir a la comodidad del hombre, Dios tiene que poner su voluntad al servicio del orgullo humano: Moisés duda de que Dios sea capaz de esto.»
A mí personalmente me trae sin cuidado lo que diga el talmud, a mí sólo me interesa lo que dice la Iglesia sobre esto. Pero una vez más sale a la luz lo que predica el kikismo.
«Y Dios en Cristo se hace siervo, se hace pecado por nosotros.»
Esa herejía tampoco es doctrina cristiana. Como el negar la humanidad de los sordos.
«Y por esta razón golpea la roca la primera vez y no sale agua, porque ha dudado; la segunda vez, sale. Por haber dudado de Dios, por esta pequeña duda que tuvo Moisés sobre la grandeza de Dios, Moisés fue castigado y no entrará en la tierra, solo podrá verla desde lejos. Ninguno de ellos entrará en la tierra.
Entonces ¿qué es esta tentación? Es la tentación que todos tenemos de no aceptar nuestra historia cuando en nuestra historia hay acontecimientos horribles, cuando no nos gusta nuestra historia. Ahora volvamos a Jesucristo: el demonio le viene a decir: "Eres un desgraciado, tú, ¿qué quieres hacer en la vida?, ¿aceptar tu historia?, ¿sabes lo que eres? ¡Un carpintero!". En una comunidad hay uno que es carpintero y no quiere saber nada de la madera, no lo soporta, porque nadie le respeta. Cuando termina el trabajo, se quita el mono, se pone una corbata bonita y un traje elegante, con la esperanza de que le llamen "señor". Pero nadie lo llama 'señor', nadie. Y un ingeniero que vive cerca, quien se lo cruza, le trata de señor. Y a él nada, es un carpintero. Esto lo contó en el segundo escrutinio. Y toda su ambición es dejar la carpintería y estudiar, convertirse en un señor. Y yo pensaba: "Espera un poco: Jesucristo era carpintero y era Hijo de Dios".»
Las chorradas que cuenta con tal de hacer ver que el de carpintero es oficio desprecible, cuando lo despreciable es vivir a costa de otros sin dar un palo al agua.
«El demonio tienta a Jesucristo para que no acepte su historia, para que no acepte lo que no entiende en su historia. Porque Jesucristo como hombre se ha hecho semejante a nosotros; entonces le ofrece tentaciones, es decir le muestra la primera: si eres un obrero, sin estudios, no tienes una posición social, no triunfarás, no vas a poder hacer nada. Una posibilidad: ¿tienes fe? Sí. ¿Crees en la Palabra de Dios? Sí. Y sabes que la Palabra de Dios nunca falla, siempre se cumple. Para el hebreo la Palabra de Dios no puede pasar. Bueno, ¿no dice el Salmo 91 "Sus ángeles lo sostendrán con sus manos para que no tropiece su pie contra la piedra"? ¿Por qué el demonio le dice esto? ¿No dicen los rabinos que el Mesías aparecerá sobre el pináculo del templo? Sí, entonces me entiendes. Todos se reúnen antes de comenzar el sábado, tú apareces sobre el pináculo del templo, y ¿que haces? Como sabes que el Señor no puede fallar y que esta palabra se ha de cumplir, te tiras abajo apoyado en esta Palabra y dado que esta palabra se ha de cumplir, Dios tiene que protegerte y le obligarás a hacer un milagro: los ángeles te cogerán. Todos los fariseos y los escribas dirán: "ha llegado el Mesías" Todos se convertirán y la sociedad se salvará. ¿Por qué tienes que pasar por el sufrimiento? ¿por qué tenemos que soportar el cáncer? ¿las enfermedades? ¿el infarto de miocardio? ¿por qué no somos felices? ¿por qué ha hecho una creación así? ¿por qué? De hecho, Jesucristo sabe que esto es una tentación, y es muy seria.
Cuando San Pedro le dice antes de su pasión: ¿por qué esta persecución? ¿Por qué tenemos que sufrir? ¡No, no! Jesús le dice a San Pedro: "Vete, Satanás". Ha visto a Satanás en Pedro, porque es esta tentación. ¿Por qué tengo que pasar por el sufrimiento? Entonces, se invita a Jesucristo a probar a Dios, a tentarlo, que Dios haga lo que yo quiero. Es la tentación que todos tenemos. ¿Por qué tenemos que soportar la enfermedad? ¿el sufrimiento? ¿Por qué tienes que pasar por el fracaso? ¿Por qué tienes que aceptar el pecado de tu esposa? ¿Por qué tienes que soportar el pecado de tu marido? ¿Por qué tienes que soportar el pecado de tus hijos? ¿Por qué tienes que soportar todos tus pecados? ¿Por qué? Tú no. Quiero que Dios me haga un milagro, que Dios me explique por qué todas estas cosas, que me diga todas estas cosas, y tal vez acepte el camino de la historia, tal vez acepte mi historia. Todos queremos ser al mismo tiempo Sofía Loren y San Francisco juntos. No soportamos la cruz. El sufrimiento es una tentación que tenemos en nosotros. El maligno aprovechándose del sufrimiento nos tienta y nos invita a renegar de Dios, nos invita a abandonar el cristianismo.»
Para hacer uso del sufrimiento para otros fines, primero hay que conocerlo. Por eso en el primer escruticidio lo que interesa es que des a conocer cual es tu cruz. Ya se le sacará partido más adelante.

martes, 21 de noviembre de 2017

Segundo escrutinio (XIV)



«Lo dice el demonio: "No se vive sólo de la palabra, se vive de pan", por esto primero busca el pan, es decir, los estudios, trabajo, etc.»
Lo dicho: esas citas que no proceden de ningún texto deben ser de los diálogos de Donki con el demonio.
«El problema es que Jesucristo dice lo contrario: "No solo de pan vive el hombre, la vida proviene de cada palabra que sale de la boca de Dios". ¿Cuántas personas creen esto? ¿De la boca de Dios viene la vida? ¡Sí, escucháis la boca de Dios y veréis después como os reducís! Recuerdo la experiencia con un compañero mío de la escuela que quería ser industrial. El examen de ingreso era muy difícil. En esa época estaba preocupado por Jesucristo, tenía 21 años. Yo hablaba con él cuando estaba estudiando ingeniería durante cinco años, y él decía: "Mira, hermano mío, yo trabajo mucho. Para mí estas cosas son absolutamente ciertas, pero yo ni siquiera puedo ir al cine si realmente quiero ser ingeniero. Sí, entiendo que es necesario, que es bueno, que es la verdad, lo que quieras. Pero tengo que licenciarme, si no daré un disgusto inmenso a mis padres, tengo que hacerme una posición. Pero te hago una promesa: cuando termine la universidad te aseguro que voy a los cursillos y hablamos de estas cosas". Y después nunca tenía tiempo, siempre tenía algo que hacer. Tantísima gente pierde el tiempo con estas cosas, pero le falta todo ese tiempo para escuchar la Palabra de Dios... ¡No tienen tiempo! Hay que trabajar.»

La palabra de Dios se escucha estupendamente sin necesidad de una comunidad. Eso es lo que le paa a "tantísima gente" juzgada y condenada por este menda.

«En este sentido, es muy importante un cambio de mentalidad, porque muchos tenéis todavía la misma mentalidad del mundo. "¿Qué quieres decir entonces, qué deje de trabajar?" Eso lo estás diciendo tú, lo estás pensando tú: "¡Entonces dejémoslo ir!”
Pero lo más importante, si leéis el Evangelio, es que la Palabra de Dios, donde Dios habla, habla de las aves del cielo precisamente porque Dios sabe la tentación que tenemos. Os puedo mostrar una revista que trae una estadística monstruosa sobre lo que está sucediendo hoy en Suecia, hoy no ayer. Hoy está sucediendo un hecho: cuando los hombres superan los 70 años se matan, dos por día. No se encuentra un viejo que supere los 70 años: todos asesinados.»

La mentira es tan buda que sólo falta que venga Moni a decir que un errorcito de nada lo tiene cualquiera. Pero es que el cuento, repugnante como cuando Donki dispone la no-humanidad de los sordomudos, no ha acabado.

«La civilización más avanzada, la sociedad donde todo está asegurado, allí los viejos tienen todo asegurado. Fíjate cómo Dios ama a aquella sociedad que se preocupa principalmente del pan: los viejos que todos tienen televisor, calor, casa, los mejores hospitales, todo un arreglo espectacular en esta sociedad socialista que se preocupa mucho de los viejos; los viejos no quieren vivir, no quieren quedarse y se matan, dos por día. Hoy, en este momento, toca a dos viejos dispararse. Y esto sucede todos los días. En el día de hoy, en Estocolmo, dos viejos se han puesto de acuerdo para abrir el gas y suicidarse. La escena es terrible: ve a dos viejos pobrecitos, que como dos niños llegan y abren el gas. Y mañana otros dos mueren se suicidan con las almohadas, y mañana otros dos viejitos: esto es histórico, se puede demostrar.»

Y los que no tienen pistola para dispararse llaman a Donki para que les ayude a suicidarse, por eso lo sabe todo de primera pata (porque las mentiras no pueden ser de primera mano, sino de primera pata de cabra).

«Dos al día, ni los locos ni los histéricos ni los neuróticos se suicidan. Superados los 70 años, los viejos se suicidan, no encontrarás ni uno. ¿Por qué? Si tienen de todo, tienen pan, tienen de todo para la vida. Pero la vida no está en el pan, la vida está en el amor: estos viejos no se sienten amados. No tienen nietos, porque no se quiere tener más de un hijo (está el aborto, no quieren más de un hijo), porque hay estadísticas que dicen que cada hombre mancha tanto, tira tanta basura, contamina. Porque ahora lo importante es la ecología, la nueva religión es la ecología y la religión constantemente está dando el índice de contaminación de agua caliente, del aire, de los pollos.»
Que le diga al Papa Francisco que se deje de encíclicas sobre ecología. Qué le ponga al mismo ridículo nivel a una religión y a una organización ecologista.
«No hay más religión, sino que hay 5.000 sectas religiosas: las que protegen a las plantas, las que protegen a los animales, a osos polares, las que protegen a las serpientes, las que protegen a los peces de colores, y así todo un afán. Esta religión que protege a los perros o a los peces, estos como vean a uno que contamina el agua lo matan para salvar a los peces de colores.»
Sí, claro, como el desaprensivo capitán del ferry, que no para el barco por más rubias que se tiren por la borda.

«Tienen fotos, cantan a los peces, escriben libros de peces, etc. Y debido a que somos demasiados no se puede tener hijos, entonces los viejos no tienen nietos que se sienten en sus rodillas. Los hijos no quieren viejos casa, y el viejo está en su casa, y esperar que su único hijo, divorciado siete veces, vaya a verle. Pero el hijo tiene un problema en casa con la última esposa, la séptima, y ​​no tiene tiempo para ir a ver a su padre; también debido a que a la nueva esposa le molesta el viejo, y no quiere verlo. Entonces ese viejo, pobrecillo, espera todo el día, pero su hijo nunca llega. Y cuando va no tiene tiempo, tiene una cara seria, está un momento: "Lo siento abuelo, pero me tengo que ir porque tengo trabajo". "¡Pero vienes tan poco a verme!" Y la esposa: "¡No puedo quedarme aquí porque tengo trabajo!". Y el marido: "¿Pero cómo estás, papá, estás bien?" "Sí, estoy bien, solo un poco de reuma". "¿Y has visto al nuevo doctor?" "Sí, sí, pero ¿cómo está el nieto?". El nieto tiene doce años. "Está bien, pero estamos un poco preocupado porque nos han dicho que se droga. Bueno, hasta luego. Un saludo, ¿eh?". Pero el siguiente mes no viene porque le llama la policía, regresa trastornado del trabajo, él con abrigo nuevo, y van a ver el cuerpo del pobre viejo: "Era mi padre, esto". Pero después de veinte minutos tiene que regresar al trabajar de inmediato: "¡Qué cosas terribles suceden! ¡Pobrecillo! Pero tal vez sea mejor así, sí, es mucho mejor”.»
Relato de la segunda parte del kikangelio de los miserables engañados por un perturbado.
«Bien. “No sólo de pan vive el hombre". Os he contado esta escena para que entendáis un poco. También nosotros nos encaminamos a esa sociedad. Todos los partidos políticos, socialistas, comunistas, luchan para que la sociedad tenga la bañera, la calefacción, el televisor; La vida está ahí: veremos qué sucede. Esto es lo que dicen los falsos profetas; Jesucristo dice: No es verdad, la vida no es así. La vida no viene del pan, sino de otra cosa: de la Palabra de Dios. ¡De cada palabra que sale de la boca de Dios viene la vida para el hombre! Y esto lo ha demostrado Jesucristo. Pero esto también lo tiene que comprender el pueblo de Israel en el desierto. ¿Por qué Dios lo lleva al desierto? Para que entienda. Como el hombre cree que la vida proviene del pan, siembre el grano, y si ve a otro en su tierra, lo mata porque debe defender su vida. Y hace un ídolo de todo lo de la casa: sin la casa de vacaciones no puede vivir, sin calefacción, sin comodidades no puedes vivir; la vida viene del pan.»
Tengo el recuerdo de que el tostonazo del tercer eskruticidio, el del paso final de la elección, va de lo mismo, la misma matraca con el pan, la comodidad, el fumar como una chimenea… Ui, no, que lo de fumar porque te crees que la vida viene de la nicotina no se acuerdan de comentarlo, pero lo demás, igual. Todos los pasos después del Padre Nuestro consisten en repetir lo mismo de otros pasos. Un muermazo.
«Entonces tienes que defender todo esto. Por eso se hacen las huelgas. Digo esto porque ahora venimos Tel Aviv y para mí siempre es una cosa lamentable: a las 8 de la mañana estábamos en el aeropuerto y como había una huelga nos han tenido allí hasta las 6 de la tarde que hemos salido, ya cansados. Comimos en el avión, después de 4 horas llegamos. Cuando llegamos, no nos dejaron descender porque había una huelga y nos llevaron de vuelta. Bien, el problema no es eso, había gente de 40 años, todavía joven. Pero también había un grupo de japoneses, viejitos: eran las 5 de la mañana cuando aterrizamos de vuelta en el aerepuerto de Tel Aviv, ¡rotos! Después de 8 horas de vuelo, sentados, te das cuenta de que ha pasado mucho tiempo, crees que has llegado, te levantas para bajar y te das cuenta de que estás en Tel Aviv. Pero recuerdo que cuando vi a esos japoneses de 60 años me preguntaron: "¿Se puede saber por qué hacen estas huelgas?" "¡Claro, para que les suban el sueldo!". "Bueno, esperemos que lo logres, porque si después de toda esta fatiga que nos están causando resulta que no les dan el aumento...". Es decir, nos estaban haciendo violencia en ese momento.
Luego os haremos una pregunta sobre esta tentación: "¿Dónde pones hoy tu seguridad? ¿Dónde está tu vida?". Como vives, si para ti todavía es importante tengas asegurado el pan, no tener riesgos en la vida. La gente no se da cuenta, quiere tener siempre un trabajo estable, y su vida se vuelve algo horrible; hoy en día hay muchas posibilidades, pero mucha gente se contenta con un puesto seguro, una comida segura, y después la vida es una birria. Porque lo más importante en la sociedad, en el mundo, es el pan. Y el Señor dice: Mirad las aves, no trabajan, no siembran; mirad las flores, no tejen y ved cómo visten bien. Pero Dios... no está y como Dios no está, tengo que proveer yo.»
Lo que hace es pasar bolsas y más bolsas para que provean otros, pero él, jamás.