miércoles, 12 de septiembre de 2012

Carmen Hernández: "Comulgar con la muerte de Jesús para llegar a la Pascua"

 
Carmen Hernández tenía la decisión  de marcharse como misionera a Bolivia y luego a donde fuera.  En realidad desde muy niña habia vivido esa vocacián, En ese momento  pensaba llevarlo  a cabo con algunas otras muchachas de su edad  en una especie de grupo. Su familia, en especial su padre, no compartía  esa decisión. Él estaba dispuesto a facilitarle a su hija esos sueños desde su concepción de hombre de negocios y económicamente fuerte, mas  ella necesitaba  volar libre. Por eso repite que a Madrid hubiera sido el último lugar donde hubiera vuelto, pero de hecho llegó a esta ciudad.

Aquí conoció a Kiko por medio de su hermana Pilar. A pesar de ciertos rasgos, poco comprendidos por ella, vio los proyectos de Argüello con algunas posibilidades y decidió colaborar. Poco después, se instalo en otra chabola de Palomeras. Pero no debió de serle nada fácil. Se trataba  de dos personas completamente distintas en ideas y formas. también era sensiblemente desigual su experiencia y formación. Aquel joven pintor le pareció enseguida una buena persona, pero  trasnochado preconciliar, "un beato". Lo recuerda a veces públicamente.
"Kiko -dice- era un novato, un cursillista, que decía  que se le aparecía la Virgen y nada más... Kiko no ha hecho nada más sólo era un beato de padre y señor mío".
En ocasiones ha gritado ante las comunidades más antiguas:
"Lamento el momento en que te conocí... Sólo dices lo que te interesa. Debí dejar todo, porque nunca has entendido nada... Únicamente quieres pasar a la historia como fundador. Ya se ha hecho su propio sepulcro en la capilla de La Almudena... Terminará diciendo que le han copiado todos, hasta los bizantinos... Siempre me cortas, nunca me has dejado decir nada con tranquilidad".
Desde sus quince años, Carmen había intentado ser misionera, el verdadero sentido de su vida. Cada año  una nueva tentativa y así acabó el Bachilelrato. Con esa llamada a la misión navegaba a vela desplegada por los estudios, incluso obtuvo matrícula de honor en la reválida. Tenía un tío jesuita y eso influyó en su formación ignaciana. Aunque nacida en Ólvega (Soria), vivio su niñez y adolescencia en Tudela (Navarra).
"Alli -dice- estaba el emporio de los jesuitas... yo he visto pasar de muy pequeña misioneros de Japón, la India y China, que siempre nos ponían filminas y nos hablaban de las misiones, pues el colegio de monjas de la Compañia de María, donde yo iba, está justo al lado  de los jesuitas... Todo mi ideal era ir a las misiones y, no sé por qué, a la India". 
Por esas fechas su padre, que antes había sido ganadero y lo dejó por la industria, trasladó la familia a Madrid, donde Carmen fue dirigida espiritualmente por el Padre Sanchez, SJ., uno de los primeros que en España, según ella, tradujo la Biblia al castellano. A sus 16 años utilizaba ella los famosos libros del Padre Lapuente para la meditación. "A esos años -comenta- tenía yo  la Biblia en las manos por el libro del P. Lapuente y el Señor me colmó de inspiraciones y gracias". Al terminar el Bachillerato hizo "un serio intento" de marchar a las misiones pero, con 17 años , su padre lo impidió. Lo narra así:
"A unos nos hacia físicos, a otros químicos, a estos ingeniros, a otros economistas; tenía ya su torre montada. A mi me llamó y me dijo: 'mira, el primero en decirte que no hay otra cosa que Dios en la vida, es tu padre, teniendo a tu padre que te puede ayudar para las misiones más que nadie'. O sea, él tenía fe, pero quería que lo hiciera con él y a traves de la ciencia, a traves de la química, de las fábricas y esas cosas".
Con esto ingresó a la Universidad Complutense, en la Facultad de Ciencias Químicas. A los 21 años acabó la carrera y comenzó su padre a llevarla consigo a diferentes fábricas que poseía por España, para iniciarla en distintos aspectos relacionados con su especialidad de química. Pero en una de estas giras Carmen, que ya lo tenía planeado, en contra de los proyectos de su padre se escapó del hotel.
"Era en Andújar -explica-, en una de esas fabicas que tenía. Me acuerdo que le dejé en el hotel y escapé  a Madrid. De Madrid me escapé a Pamplona y, por fin, llegué a Javier, que era el sitio para irme a la India".
En Javier se encontraba la casa de las Misioneras de Cristo Jesús, un instituto secular para las misiones, dependiente desde los inicios de "Propaganda Fide" y muy alentado por el arzobispo de Pamplona, el saleciano Monseñor Marcelino Olaechea que luego sería Obispo de Valencia. Muchas de las primeras fundadoras pasaron toda su etapa de misión en la India.

"Yo he vivido alli en Javier -subraya Carmen- años fantásticos, de espíritu misionero de oración, de gracias del Señor, de fuerza evangelizadora enorme".

Despues del noviciado, y como preparación para una mejor eficacia de su misión, a algunas las enviaban a estudiar medicina. Como Carmén era química, le pusieron a estudiar teología en Valencia, donde Monseñor Olaechea había formado una escuela Teológica para Religiosas. Pasado un tiempo se cumplía su sueño: fue destinada a la india. Pero, antes debía cumplir un requisito: permanecer una temporada en Londres para, por asuntos entonces de la Common Wealth, poder ir a la India. En este intermedio las Misioneras de Cristo Jesús realizaron un cambio en los principales cargos y las nuevas consejeras, desconocedoras del grupo  de jóvenes como Carmen, decidieron dar una vuelta de tuerca.
"A mí me emocionaba tantísimo los acontecimientos que me estaban pasando, pues estas Misioneras hicieron la reunión en que cambiaron las Consultoras, y empezaron un cambio del Instituto... les parecía hasta que este Don Marcelino daba demasiada apertura al Instituto, que se estaba relajando (yo creo que quizás porque habían tenido algunos problemas con las chicas que estudiaban Medicina, sobre todo en Inglaterra) y ya empezaron a hacer más cierres, a cerrarse a esta apertura inmensa con la que habían nacido. Y allí, antes ya del Concilio, tuvieron una lucha entre el conservadurismo y una apertura, y venció el conservadurismo por encima hasta del mismo Arzobispo de Valencia, que era el alma de ese Instituto. Tanto es así que casi le dieron de lado. Y además de las 600 reglas que teníamos de los Jesuitas, metieron otro mamotreto, y otras reglas: por ejemplo, para más caridad más silencio; para más honestidad más manga larga, todo ya encerrado en un corsé más legalista.
Su estancia en Londres se había prolongado todo el año de 1961 y parte de 1962. Para esas fechas llevaba ocho años en este instituto Secular.  Fue en el aeropuerto  londinense, a su vuelta para embarcarse hacia La India cuando ella nos cuenta: 
 
"allí en Londres, preparándome para la India, de repente, misteriosamente, por designio de Dios, el avión me llevó en lugar de a la India a Israel, pero no sin antes hacer un aterrizaje forzado en Barcelona".

(...) ellas no querían echarnos sino que nosotras nos saliéramos, como lo hicieron con la primera que fue una Fraga, que era inteligentísima. A ella la dijeron que era maravillosa, pero que se saliera. La cosa es que ella tenía una vocación para la China enorme. Como su madre sabía francés, sabía lo de Richi, y ella siempre quería irse a China. La dijeron que era maravillosa pero que Dios la quería para otra cosa, y así ella se fue a Marsella para embarcarse a la China. 
La cuarta fui yo, que conmigo dudaron mucho más. Pero yo el día que llegué a Barcelona, que me llamó el Arzobispo desde Valencia, me dijo: humíllate, hija mía. Yo le digo: Padre, no se trata de humillación sino que aquí me tienen ya sentenciada a muerte y firmada la sentencia. Pero aún así, dudaron de echarme a mí un año entero, ese año entero que yo he estado allí.
(...).
Pues allí, en esta humillación y en esta pasión, en el Gethsemaní de mi vida, Dios me puso un ángel que fue el P. Farnés. El P. Farnés venía entonces del Instituto Litúrgico de París y tenía en mano todo lo que suponía la renovación litúrgica y teológica del Concilio, porque ese Instituto ha influido mucho en toda la preparación del Concilio con profesores como D. Botte, Bouyer, etc. Y Dios quiso que yo estuviera ese año allí, porque allí pasé de mis devociones eucarísticas -que por gracia de Dios también las he tenido desde muy pequeña-; yo no he dejado una comunión por nada del mundo, así fuera a la Universidad. Me acuerdo que en los Sacramentinos cuando no me daba tiempo de quedarme a la Misa, comulgaba y escapaba como una bala. En todos los viajes que mi padre me ha hecho hacer para quitarme la vocación, por ejemplo a Casablanca que era dificilísimo encontrar una Iglesia, yo no dejaba de comulgar, pero siempre Jesucristo que venía a mí. De allí pasé yo, por la experiencia de muerte que tenía, a que comulgar era comulgar con la muerte de Jesucristo para hacer la Pascua a la Resurrección. Allí entendí yo, a través de lo que me estaba pasando, lo que era toda la renovación Conciliar de la Eucaristía, de la Pascua, de la liturgia; con Farnés que nos daba clases todos los días.
Quiero decir que el contenido del Camino no nace abriendo Kiko la Biblia al azar, como parece que lo cuenta él. Lo que estamos llevando entre manos es el Concilio Vaticano II de verdad. Y Dios se sirvió también de Morcillo, el Arzobispo de Madrid, que es otro milagro que fuera a las barracas; que es el día que yo comencé a colaborar seriamente con Kiko, porque no acababa de fiarme de él; tanto es así que estuvimos sin hablarnos meses, y yo hice otro grupo en otra parte de las barracas. Y mi intención era siempre partir a las misiones. Morcillo fue importantísimo; sin él, ni yo, ni Kiko hubiéramos ido nunca a las parroquias.
fuente de la información
Y otro intento de fundación que hice todavía vi cómo el Señor no quería -eso me lo ha dicho a mí claro y lo tengo tan claro, por eso siempre ataco la palabra "movimiento"-. Vi que quería algo que era para toda la Iglesia, no una Congregación ni una Asociación, ni un Movimiento: qué es el Concilio. O sea una renovación de la Iglesia. 



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5 comentarios:

  1. Esta entrada surge de algún libro o es del dueño de la bitácora?

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    1. Diez Moreno, José Luís. (2004). Camino Neocatecumenal: Llamados a salvar esta generación. Madrid: Incipit.

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    2. Acabo de averiguar más información sobre el autor.
      Resulta que José Luís Diez Moreno ha publicado libros sobre ecumenismo y afirma que el cisma con los ortodoxos dura 15 siglos cuando realmente no dura ni 10. Así es esta gente que habla sobre historia de la Iglesia y no sabe ni contar.
      Además de hacer un libro pro-camino, es tan simple que no sabe ni borrar aquellas partes que no dejan en buen lugar al propio camino.

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  2. Es que no tiene desperdicio, si su propia co fundadora del camino lo pone a parir y ha quedado claro que es lo es kiko.

    . Debí dejar todo, porque nunca has entendido nada... Únicamente quieres pasar a la historia como fundador. Ya se ha hecho su propio sepulcro en la capilla de La Almudena... Terminará diciendo que le han copiado todos, hasta los bizantinos....

    Es curioso que la gente sigue a un señor, que solo le interesa pasar a la historia como fundador de un grupo que se ha convertido en una presunta SECTA, y que para ello no le importe hacer lo que haga falta.

    En fin, creo que el texto habla por si solo.

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  3. Dice el refrán que Dios los cría y ellos se juntan.

    http://www.youtube.com/watch?v=qMJOWxEEsEw&feature=related

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